Veracruz, 16 febrero 2019.- Ana Alicia Osorio/Testigo Púrpura.com.- “No estás tan mal”, le dijo un maestro frente a toda la clase. Ella y el resto de las y los estudiantes se quedaron callados.
Esa no era la primera vez que un maestro de la Universidad Veracruzana le decía algo parecido y eso que apenas estudiaba el segundo semestre.
Uno ya la había escogido como mensajera del grupo pero usaba su número para enviarle mensajes personales, otro le pidió que dejara a su pareja y ahora éste la miraba de arriba a abajo y le hacía comentarios sobre su apariencia.
Pero ella no pensó en presentar una queja pues ni siquiera sabía que existe una Guía para la Atención de Casos de Hostigamiento y Acoso Sexual, que las autoridades escolares deben acatar en estos casos y que defiende sus derechos.
“No conocía de mis derechos ni nada de eso, desde entonces dejé de usar vestidos, pantalones entallados para esa clase y así”, contó desde el anonimato.
El desconocimiento y la dificultad para que el agresor sea sancionado, son las razones por las cuales las integrantes de la Red de Apoyo a Mujeres de la UV (RAMUV) consideran que muchas víctimas prefieren no presentar las quejas oficialmente.
De acuerdo con la Universidad Veracruzana, en el Recurso de Revisión IVAI-REV/879/2018/II, entre 2016 y 2017 recibió 10 quejas por violencias de género y 10 más por casos de hostigamiento o acoso sexual.
Mientras que en 2018 se presentaron oficialmente 8 quejas según la coordinadora de la Unidad de Género Beatriz Rodríguez Villafuerte. Sin embargo, añadió, es tan solo la mitad de quienes llegaron a buscar asesoría a esa unidad pues el resto no las oficializó.
Es decir, en tres años recibieron solamente 28 quejas entre las y los 81 mil 017 estudiantes que tiene la Universidad Veracruzana (de quienes el 54 por ciento son mujeres).