Los actos subversivos no generan más simpatía de la sociedad a esos movimientos sociales

Más claro…

Por Felipe Mendiola Parra

Este tema que voy a abordar sucedió el lunes y hoy es miércoles, pero no pierde actualidad porque se pusieron en riesgo muchas vidas y entonces es importante analizarlo.

Se trata de la manifestación de feministas pro aborto, que desfiló por las calles de diversas ciudades del país, dejando a su paso destrozos materiales y algunos heridos, como sucedió en la ciudad de México, donde 44 mujeres policías fueron agredidas.

A los cuerpos policiacos se les insistió que todo el procedimiento fuera dentro del marco de derecho, que no agredieran y que solo resguardaran a las manifestantes para que esa marcha fuera tranquilo y en paz.

Nadie lo puede asegurar pero todo hace ver que hubo personas infiltradas, que llevaban otro fin, que portando herramientas y algunas armas para causar ese tipo de agresiones que se pudieron ver en diversos videos que circularon en las redes sociales.

La marcha más nutrida fue la de la CDMEX y en esa movilización venía un grupo de mujeres muy violentas, con bombas molotov, martillos, pistolas con gasolina, cohetones y spray con gas, que al ser descubiertos esos artefactos se les quiso recoger para que continuaran su marcha pero se negaron a entregarlos y lejos de entender esa petición agredieron a los cuerpos policiacos.

Dos mujeres policías estuvieron a punto de ser quemadas porque alguna manifestante lanzó gasolina con encendedores en medio de un contingente; afortunadamente con los extintores pudieron sofocar esas llamas que amenazaban con causar daños mayores.

La libertad de expresión y la manifestación de las ideas es un derecho, consagrado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en sus artículos 6 y 7 y nadie se oponía a esa marcha, pero no es posible que esos infiltrados desacrediten ese tipo de expresiones, tratando de desestabilizar al gobierno, provocando daños materiales y humanos.

Romper los cristales de los edificios, hacer pintas en los monumentos y edificios emblemáticos, como la catedral de la ciudad de Xalapa; romper algunas figuras decorativas y otros actos subversivos no creo que les genere más simpatía de la sociedad en general a esas mnifestantes, por el contrario, rompe la admiración de un legítimo movimiento, como los que han sucedido en otras ocasiones en la historia de la humanidad. Más claro ni el agua.