/Yamiri Rodríguez Madrid/
Iniciamos ya la segunda mitad del 2024 y, aunque las lluvias han traído destrozos en por lo menos una veintena de municipios, también el agua es bendición para la tierra, para las montañas, que tanto habían padecido. En una reflexión de cómo nos ha ido a los veracruzanos, la primera mitad fue convulsa en parte por la inercia nacional, en parte también por el proceso electoral, pero los 6 meses que restan serán por demás interesantes.
En un par de meses, conforme al calendario, atestiguaremos la instalación del nuevo Congreso de la Unión y con ello, la toma de protesta de la primera mujer presidente en el país, Claudia Sheinbaum Pardo.
El 5 de noviembre harán lo propio los nuevos diputados locales a quienes les tocará recibir el sexto y último informe del gobernador Cuitláhuac García Jiménez con su respectiva glosa y, por supuesto, el 1 de diciembre, recibirán a la primera mujer en gobernar Veracruz: Rocío Nahle García.
Con tanto movimiento en las esferas del poder, en estos meses es probable que veamos un aumento en las manifestaciones, pues son parte de los tiempos políticos, sin excepción.
Todo eso en la agenda política, pero en lo social hay una enorme expectativa de la gente en que los índices de violencia continúen a la baja y que en contra sentido, avance nuestra economía local con la llegada de nuevas empresas que generen empleo y bienestar en cada una de las regiones veracruzanas.
Las cámaras y organismos empresariales hacen en esta fecha su corte de caja y fijan sus expectativas para lo que resta. Siempre es la misma: que nos vaya mejor, que se mueva el motor económico y vivamos todos en paz. Esperemos que estos seis meses que restan sean de muchas buenas noticias para nuestro estado: que los que se van intenten cerrar con broche de oro, con trabajo memorable y que las y los que llegan, lo hagan a tambor batiente, con hambre de dar resultados y sacarnos de la media tabla nacional en diversos indicadores. Así, se ayudaría a nuestro querido Veracruz.
@YamiriRodríguez