*La Espinita.
/ Andy S. K. Brown /
Otra elección de Estado
Un tren más sin planear
Cero y van dos las ocasiones en las que el presidente y su secretaria de (In)Seguridad Ciudadana niegan haber tenido algo que ver en la captura y entrega a los estadounidenses de “El Mayo” Zambada y de “El Chapito” Guzmán López.
En sendas mañaneras parecieran haber repetido aquella ronda infantil que dice “yo no fui, fue Teté, pégale, pégale…”
¿Por qué la reiteración?
Como Virginia Wolf, ¿a qué le teme López Obrador?
Dos, también, serían las posibles causas.
La primera sería que sus fallidas instancias de “inteligencia” teman una escalada de vengativa violencia que parta de los integrantes de los cárteles del propio “Mayo” y de los llamados “Chapitos”, hijos de Joaquín Guzmán, internado en una prisión de alta seguridad en Arizona.
La segunda, que allá en Sinaloa los narcos presuman que AMLO rompió algún pacto que hubiese establecido con ellos –a cambio de las dádivas que le habrían entregado para sufragar sus campañas y a su Movimiento– para sólo darles abrazos y no balazos.
“Haiga sido como haiga sido”, con tantas disculpas la feneciente Administración de la 4T se observa tal cual: débil ante el poderío de los delincuentes.
¿No cree usted?
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A los bolivarianos del llamado Socialismo del Siglo XXI se les dan bien las elecciones de Estado.
Recién lo hemos visto en Nicaragua, donde el dictadorzuelo Daniel Ortega aplastó, encarceló y hasta expulsó del país a sus opositores para llevar a cabo un simulacro electoral en el que ¡sorpresivamente! resultó triunfador.
Lo vemos ahora en Venezuela. Allá en el país sudamericano otro dictador, Nicolás Maduro, tumbó el sistema de conteo de votos y se proclamó ganador de los comicios celebrados este último domingo, no sin antes impedir la postulación de la principal de sus opositoras, María Corina Machado.
El fraude electoral está a la vista. Y las protestas, pacíficas hasta ahora, no se han dejado esperar.
Excepto porque aquí no se impidió la participación de los opositores, aunque sí se les denostó, las similitudes con lo ocurrido en México el 2 de junio también parecen llevar el sello bolivariano del Socialismo del Siglo XXI.
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El Tren Maya es un fiasco monumental. Va lento, si no es que detiene su trayecto por largos lapsos a la mitad de la selva. Y ahora, con las lluvias, hasta se inundan sus vías, todo por la mala planeación y la deficiente construcción.
También mal planeado, el Tren México-Toluca no tiene para cuando quedar concluido. Si los habitantes afectados por su construcción no paran las obras, éstas se ven afectadas por accidentes que bien podrían evitarse. Y no’más no camina.
Ahora el que está detenido en su construcción es que el presuntamente conectará a la estación de Buenavista con el AIFA.
Vecinos de las zonas por donde se colocan las vías sufren cuarteaduras e inundaciones en sus viviendas y, lo peor, les han levantado un muro justo en las puertas de sus casas.
Planeación es un término que desconocen en la 4T.
@AndySKBrown1