**Rompe cabezas
/ Kimberly Armengol /
En la víspera del primer aniversario de la invasión rusa a Ucrania parece que algunas piezas comienzan a moverse.
El saldo, hasta el momento, se calcula en más de 300 mil vidas fragmentadas (muertos y heridos de ambos bandos).
De acuerdo con Naciones Unidas, esta guerra ha provocado el mayor éxodo desde la Segunda Guerra Mundial: más de 14 millones de personas abandonaron sus hogares, mientras que ocho millones de ucranianos abandonaron su país.
Las últimas cifras de la Organización Mundial de las Migraciones indican que hay casi cinco millones y medio de desplazados.
El 40% de la población de Ucrania, casi 18 millones, está urgida de ayuda humanitaria, la cual siempre es insuficiente.
Ajedrez
Y es en este contexto en el que Joe Biden decide realizar una sorpresiva visita a Ucrania. En Kiev, la capital, se reunió con Zelenski y lanzó una fuerte advertencia al Kremlin: vienen 500 millones de ayuda adicional para Ucrania y nuevas sanciones contra Rusia.
Es importante notar que el anuncio tiene lugar un día después de que Estados Unidos informará que China busca apoyar con armas a Rusia, situación que reconfiguraría, una vez más, las relaciones bilaterales.
Las acusaciones del apoyo chino a Rusia, evidentemente, son negadas por el país asiático, mientras que el principal asesor de política exterior de Xi Jinping viaja esta misma semana a Moscú.
Es claro que la relación entre ambas potencias hegemónicas (Estados Unidos y China) presenta fisuras que podrían agudizarse en los próximos meses, mientras que la alianza estratégica de Pekín y Moscú se afianza.
La alianza ruso-china representaría un cambio radical en la guerra, en un momento en el que especialistas en materia militar expresan que el armamento chino ha superado en capacidad al estadunidense, a lo que se suma que Estados Unidos está muy cerca de ya no poder suministrar más apoyo militar a Ucrania, al estar su industria trabajando “sobre pedido” y arriesgando las reservas necesarias para su propia defensa.
¿Dónde andan los europeos? La Unión Europea analiza en Bruselas, siempre por la vía diplomática, nuevos paquetes de ayuda para Ucrania. Mientras tanto, China manda señales a sus “queridos amigos europeos” para fungir como negociadores de la paz con Ucrania.
A pesar de los esfuerzos de Ucrania por solicitar más apoyo a Europa, se incrementan las voces de funcionarios de la Unión Europea que cuestionan el apoyo a ese país, ya que, para sus ciudadanos, esta guerra representó un aumento sustancial en los precios de todos los productos, sin contar las voces más críticas que argumentan que el único beneficiado de la guerra es Estados Unidos, principalmente por la venta de gas.
De los esfuerzos chinos y las decisiones europeas podría comenzar una impredecible fase de esta larga guerra y el acomodo de alianzas geopolíticas esenciales.
Mientras el diálogo continúe congelado, esta guerra se está convirtiendo en una lucha de desgaste. Los panoramas son varios, aunque el más frecuente es que Ucrania deberá ceder parte de los territorios invadidos a Rusia y, así, dar fin a un conflicto que parece no tener principio ni final.
Por cierto…
La visita de Joe Biden a Ucrania tiene lugar en medio de la intención de mejorar la imagen del presidente entre el electorado estadunidense que lo percibe como débil, enclenque y falto de carácter.
POST SCRiPTUM
El cinismo en el caso de la ministra Yasmín Esquivel no tiene límites.
La demanda de amparo —promovida por Esquivel— ya obtuvo una suspensión provisional para cualquier resolución de la UNAM y difundirla por medio de conferencias o comunicados. O sea, coartar la libertad de expresión de la máxima casa de estudios por —según— dañar el honor y reputación de Esquivel.
¡Qué asco la manera de torcer las leyes para defender a impresentables!