*CAFÉ DE MAÑANA .
/ Por José Luis Enríquez Ambell /
Recordemos que más del 90 % de los recursos de los que dispone el Gobierno del Estado de Veracruz provienen de la Federación, los cuales están distribuidos entre “Participaciones, Aportaciones, Convenios y otros Fondos distintos de Aportaciones”.
Leyendo la nota que circuló de parte del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, en torno al ORFIS, y en el sentido de que las “Observaciones serán aclaradas, no hay daño patrimonial”, y que fue primera plana de la Jornada Veracruz en su edición de este jueves 3 de octubre, donde el jefe del Poder Ejecutivo añade: “El que nada debe, nada teme, y estaré pendiente de que las dependencias aclaren observaciones”, me parecen líneas producto más de la desinformación que de la información proporcionada al gobernador por alguna de sus áreas o sector de su estructura.
Incluso, añade el gobernante que: “Si se ejerce el presupuesto, aquí nadie se lo embolsa como antes sucedía, y algunos callaban”.
Pues bien, tengo la impresión de que hay oficinas a su cargo en la administración pública estatal que o no le proveen la información, no le aconsejan, o quizá hay quien se atreva a mentirle en su equipo cercano en este sentido.
El problema es que creen —algunos desde el régimen por cerrar en Veracruz— que las obras pueden terminarlas cuando quieran y como quieran, y no es así.
Y es que, a raíz de que la Ley de Disciplina Financiera existe, todo cambió con el tema del ejercicio de los recursos públicos.
Así pues, los titulares de despacho con sus jefes administrativos, pero también los OIC (órganos internos de control), en su condición de contralores internos, una de sus labores es “la prevención” en este tipo de situaciones. Por eso es que participan en las licitaciones, los subcomités y en toda asignación o adjudicación de obras, servicios y acciones del gobierno.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF), en sentido estricto (legal), es la instancia facultada para revisar recursos de procedencia federal, provenientes de los Convenios y Aportaciones. Y es que ya desde hace unos años, a raíz de que la ASF no ratificó el convenio con el ORFIS para fiscalizar Participaciones y Ramo, se ha venido dando una “discusión” respecto a las facultades que tiene para fiscalizar.
En primer lugar, los Convenios tienen un principio de anualidad, son de los recursos etiquetados casi siempre al último día del mes de diciembre (31).
En segundo término, pero que no es menos importante, las Aportaciones —conocido como Ramo 33— tienen principio de anualidad también y están etiquetadas para un fin específico en términos de la Ley de Coordinación Fiscal, sus lineamientos y reglas de operación.
Ahora bien, los recursos no devengados deberán reintegrarse a la Tesorería de la Federación, como lo señala el artículo 17 de la Ley de Disciplina Financiera para las Entidades Federativas y los Municipios.
“Y por si fuera poco, los recursos que se deben reintegrar deben incluir, además, los rendimientos financieros generados, así que mucho ojo: administrativos, tesoreros y contralores, en el estado y municipios”. Incluso, el reintegro son recursos que están considerados como “subejercicio”.
DE SOBREMESA
La venidera administración estatal en el gobierno de Veracruz ya tendrá el tiempo, el espacio y los ritmos para construir sus consideraciones al revisar lo que reciba, y para saber qué sigue por hacerse desde la Contraloría General, pues todos los entes observados y susceptibles de algún posible daño patrimonial serían investigados por el ORFIS y la ASF, según la naturaleza y el origen de los recursos.
UN CAFÉ LECHERO LIGHT
Por lo pronto, aun con lo dicho por el jefe del Poder Ejecutivo Cuitláhuac García, creo que no tendría que ser él quien estuviera en los medios contestando el tema. Para eso hay una Contraloría y un contralor. Aparte, no hay que perder de vista que los fondos se cierran en marzo del año siguiente al fin del ejercicio y que las obras podrán llegar a refrendarse. “Así que ahí tienen un chance de saber hacer las cosas al amparo de la normatividad y el buen oficio público”.
¡ES CUANTO!
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