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03.10.2025. Israel.- La travesía humanitaria de la Flotilla Global Sumud, que buscaba romper el bloqueo marítimo sobre Gaza y entregar ayuda a la población palestina, terminó en detención de 400 personas entre ellas seis activistas mexicanos, quienes fueron trasladados por las autoridades israelíes a la prisión de Ketziot, una instalación de alta seguridad en el desierto del Negev, conocida por albergar a cientos de palestinos bajo régimen de detención administrativa.
La Secretaría de Relaciones Exteriores confirmó que los connacionales fueron interceptados en aguas internacionales y posteriormente llevados al puerto de Ashdod, desde donde fueron trasladados a Ketziot.
Una séptima mexicana, que viajaba en una embarcación de apoyo legal, no fue detenida y se encuentra en tránsito hacia Chipre.
La prisión de Ketziot, ubicada a unos 45 kilómetros de Gaza, ha sido denunciada por organizaciones internacionales como un espacio de reclusión masiva, con condiciones de hacinamiento, aislamiento y restricciones al acceso legal. Ketziot, ubicada en el desierto del Néguev, ha sido escenario de repetidos abusos contra presos palestinos.
Originalmente establecida durante la Primera Intifada, Ketziot opera como centro de detención para personas que no han sido formalmente acusadas, bajo un esquema que permite al Estado israelí retenerlas por meses sin juicio.
Los activistas mexicanos formaban parte de una flotilla integrada por más de 400 personas de distintas nacionalidades, entre ellas médicos, defensores de derechos humanos y representantes de pueblos originarios.
Su objetivo era entregar suministros médicos y visibilizar la situación humanitaria en Gaza, en medio de un conflicto que ha dejado más de 30 mil muertos en menos de un año.
La Cancillería mexicana ha enviado múltiples notas diplomáticas exigiendo acceso consular, garantías de integridad física y la repatriación inmediata de los detenidos. La presidenta Claudia Sheinbaum también se pronunció, calificando la detención como injustificada y reiterando que “la ayuda humanitaria no es delito”.
En varios paises colectivos de derechos humanos y organizaciones palestinas han convocado a movilizaciones para exigir la liberación de los activistas.
La detención de los mexicanos en Ketziot no solo revela la criminalización de la solidaridad internacional, sino también la urgencia de revisar los mecanismos de protección consular en contextos de conflicto armado
Mientras tanto, los activistas permanecen en una prisión diseñada para silenciar voces, en un territorio donde la ayuda se convierte en amenaza y la dignidad, en resistencia.