CONTRAFILO.
José García Segura
Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que él no se mete en nada chueco (refiriéndose al albazo del Congreso bajacaliforniano para ampliar de 2 a 5 años el periodo de gobierno de Jaime Bonilla) inmediatamente recordé lo expresado por el presidente del PRI, Jesús Reyes Heroles en relación al fallido candidato del PRI a gobernador, Manuel Carbonell de la Hoz: “yo como veracruzano no he votado por él”.
Del “carbonelazo” de 1974 a las “chuecuras” del congreso bajacaliforniano actual ha pasado casi medio siglo y me imagino que el desenlace será similar.
Jaime Bonilla, gobernador electo postulado por MORENA maniobró cuanto pudo y logró que su gubernatura de dos años (del 1 de noviembre de 2019 al 31 de octubre de 2021) se ampliara a cinco (de 2019 al 2024).
Bonilla no midió las consecuencias.
Hoy tiene en contra al presidente de México, a los líderes del congreso federal, Porfirio Muñoz Ledo y Ricardo Monreal, a los dirigentes del PAN, PRI y PRD, a diputados y senadores federales y a millones de electores burlados.
A su favor esta la voz de la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky.
El presidente de la Cámara de diputados, Porfirio Muñoz Ledo planteó ya la desaparición de poderes (contemplada en la fracción quinta del artículo 56 de la Constitución) puesto que el congreso local rompió con la Federación.
En su oportunidad, Cuauhtémoc Cárdenas, quien inició la lucha por la democratización del México actual advirtió que “no puede un grupo de 21 personas (…) sustituir a una elección, a la voluntad expresada por miles de ciudadanos, sin consulta previa”
“adiós, granito de Arroz”, rezaba el comercial de conocida salinera cuando evitó que el producto se humedeciera.
Adiós, Jaime Bonilla, por ese hecho “torpe, equivocado y exagerado” o como dicen los que saben “inmoral, ilegal y anticonstitucional”.
“adiós, granito de Arroz”.
