Adultos mayores, usuarios de servicios financieros .

  • DEBO, NO NIEGO; PAGO, LO JUSTO”

/  Teresa Carbajal /

Con más de 15 millones de adultos mayores en el país, y contando, se vale exigir una protección especial para este sector clave en el uso de servicios financieros.

Es inevitable y avasallador el avance de la digitalización de los servicios en donde al parecer se ha priorizado, la rapidez, versus la seguridad; y con ello se han elevado los riesgos a los que nos exponemos por la facilidad para acceder a los fondos depositados.

Entre otros por la nula capacitación en el uso de los mismos, en donde para todo se te redirecciona a un clausulado o a un contrato que muchas veces ni te entregan, y menos te explican.

La dinámica vigente ha llevado al aumento de fraudes y robos cometidos en agravio del patrimonio de miles, o millones de usuarios a lo largo y ancho del país, en donde ven salir sus ahorros, nómina o dinero depositado en bancos en cuestión de minutos.

Claro está, la problemática no es privativa de ellos, sin embargo, no es tarde para reflexionar y repensar en las soluciones al problema que se presenta con alta frecuencia en las personas en edad adulta mayor.

A propósito de ello, hace unos días de visita en la Condusef me enteré de la existencia de un Decálogo para mejorar la atención y el servicio a las personas adultas mayores usuarias de la banca. Dicho decálogo contempla aspectos fundamentales de las necesidades del público al que se dirige, ¿como cuáles?

Respeto por los derechos y la dignidad de los adultos mayores; compromiso por contar con las competencias para atender a esta población; responsabilidad social; modelos de atención específicos; claridad en la oferta y contratación de productos o servicios vía telefónica; campañas de educación financiera práctica, principalmente para reducir la brecha digital; programas de asesoría y apoyo en servicios básicos; campañas de prevención de fraudes; asesoría remota a los adultos mayores a través de los call center, y establecimiento de nuevos modelos de atención para este segmento.

Antes de que se me olvide por la inercia misma de lo que pretendo destacar de la lista, quiero sugerirle que si Usted es persona en edad adulta mayor, siempre que se presente a su sucursal bancaria o sea atendido vía telefónica por su Banco, no olvide hacer referencia a este Decálogo.

Para que sea considerado en su estado etario, y reciba una atención adecuada a su caso, pues como ya lo comenté los Bancos deben desarrollar modelos específicos de atención para Usted.

Porque ya ve que en la práctica, muchos ejecutivos (no todos) carecen de paciencia o lenguaje para atender debidamente, explicando o señalando o recabando firmas, contra reloj, sin detenerse a preguntar si la información que le están proporcionando es clara, o no.

Bien, ahora sí, quiero referirme de manera muy concreta al punto o apartado relativo a, la claridad en la oferta y contratación de productos o servicios vía telefónica, porque en la experiencia de los casos que atendemos en el Barzón, he podido percatarme que en el tema concreto del sobre endeudamiento en que han sumido a nuestros padres, madres y abuelos, adultos mayores.

Lo han hecho no solo por la carga y sobre carga (o cargo), de intereses sobre intereses,- la usura de la que siempre hablamos-, o las altas tasas de interés que se aplican a los créditos, por los indicadores inflacionarios y de rentabilidad misma del negocio de prestar dinero.

Si no, por la falta de claridad con que se colocan los créditos. Dígame si no es cierto, cuantas veces va al cajero y por un leve descuido, ya contrataste un crédito que ni necesitabas y ya hasta está depositado en tu cuenta, y al mes siguiente ya está generando intereses.

Cuántas otras veces, has resultado con un seguro que se carga mes con mes a tu estado de cuenta, vía descuento y no sabes ni de dónde salió, o en qué momento lo contrataste, peor aún, o para qué sirve, y como usarlo.

Otra, los créditos de nómina, cuántas veces has contratado un crédito de nómina a cierto plazo y de pronto ese plazo ya se excedió y sigues pagando, al preguntarle al Banco el motivo, te salen con que vía telefónica “x” día, autorizaste una reestructura del mismo, y tu ni enterado porque solo dijiste que sí, sin terminar de entender el motivo de la llamada.

Así resultas con una deuda, que ni al caso, y todo por falta de claridad y de transparencia en el otorgamiento de esos créditos.

 

 

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