Ahora es la del DIF la que mete en bronca al Gober

Prosa aprisa

Arturo Reyes Isidoro

Definitivamente, no hagas cosas buenas que parezcan malas, ni malas que parezcan buenas.

En el gobierno estatal de Morena pagan ya lo que ellos mismos propiciaron: la llegada a los cargos de la administración pública de personas con afán de lucro o con falta de experiencia, que conlleva la falta de malicia, una herramienta clave para transitar con el menor riesgo posible en el servicio público.

La ahora exsecretaria de Trabajo, Guadalupe Argüelles Lozano, es el ejemplo a la mano de lo primero. De entrada mostró las uñas con su afán de lucrar para provecho de su familia y el desenlace ya lo conocemos porque está mediáticamente fresco.

Ahora ha tenido lugar el ejemplo de lo segundo cuando la Directora General del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de Veracruz (DIF), Rebeca Quintanar Barceló, con toda ingenuidad por su falta de experiencia acaba de meter en un serio problema al gobernador Cuitláhuac García Jiménez.

La avispada reportera Noemí Valdez obtuvo, oootraaa vez, un documento interno que es oro molido para la oposición, que seguramente hará valer en el tribunal electoral federal el próximo año pero que en el momento oportuno –seguramente cuando pase la cuarentena– escalará al Congreso federal y hará escándalo político y mediático.

Resulta que esta funcionaria desdobló ¡por oficio! –con logos oficiales del Gobierno, con su nombre y firma, con número de archivo, con fecha 16 de abril pasado– (del cual ya tiene una copia “Prosa aprisa”) una circular con “instrucciones giradas por el C. Gobernador Ing. Cuitláhuac García Jiménez” al DIF para que diputados locales y federales, solo de Morena, distribuyeran “insumos” (despensas) en sus distritos a la población vulnerable (que es la que vota) con motivo de la contingencia por el Covid-19.

El documento lo hizo público ayer el diario Notiver y si bien en él se leen “lineamientos” que citan que el programa de ayuda es público, “ajeno a cualquier partido político”, la señora Quintanar (originaria de Sonora aunque con muchos años de residencia en Córdoba) hizo un manejo partidista al entregar las despensas solo a diputados de su partido.

(Sobre esto, ayer consulté con varios diputados de la oposición quienes me dijeron que sí se enteraron y que esperaron a que a ellos también los llamaran para pedirles su ayuda para distribuir las despensas, pero que los ignoraron.)

Doña Rebeca cometió dos graves faltas políticas: rebajar a los diputados a empleados del gobernador, siendo supuestamente integrantes de un poder independiente, incluso con fuero, elegidos por el pueblo, y mencionar por escrito el nombre del titular del Ejecutivo como quien dio la instrucción, inculpándolo con ello.

Eso explica porqué en su momento en las redes sociales circularon profusamente fotos donde se observa cómo bajan despensas del DIF en la casa de la diputada local Ana Miriam Ferráez Centeno, pero también cómo el propio presidente de la Mesa Directiva de la LXV Legislatura, Rubén Ríos Uribe, reparte personalmente dichas despensas.

Estos diputados ni siquiera en eso se dan su lugar. Los que se respetan hubieran dicho a mí ninguna funcionaria menor me da instrucciones, yo solo recibo órdenes del gobernador, pero no, mansamente se sometieron mandando al carajo su “alta representación“ (je je) en la más “alta tribuna del pueblo” (ji ji).

El reparto de despensas con fines electorales lo inventó y perfeccionó el PRI y lo copió el PAN hasta volverlo un negocio productivo para dirigentes de partidos políticos, de organizaciones, de líderes de colonias y hasta de muchos jefes de manzana, y ya ni se diga de los muy famosos “operadores” políticos a varios de los cuales veo de vez en cuando transportándose en lujosas y caras camionetas.

Pudiera parecer un comentario cínico pero al veracruzano este reparto de despensas supuestamente sin fines electorales ya no le sorprende porque tanto con el PRI como con el PAN prácticamente adquirió carta de patente, aunque los de Morena juraron y perjuraron que con ellos sería diferente, que eso pasaría a la historia (mjú).

Por un caso más o menos similar al que hoy se presenta con el DIF y diputados morenos por el reparto de despensas, varios funcionarios y exfuncionarios fueron a dar a la cárcel en el sexenio federal anterior.

El 17 de abril de 2013, en conferencia de prensa, el entonces dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, denunció que funcionarios de la Sedesol estaban desviando recursos y coaccionando el voto a favor de candidatos del PRI en Veracruz.

El PAN interpuso una demanda de juicio político contra la entonces secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, pero también contra el entonces gobernador Javier Duarte por el presunto desvío de recursos. Aparte presentó una denuncia penal ante la entonces Procuraduría General de la República.

Madero apoyó su denuncia en 13 horas de grabaciones, de las cuales 2:30 horas eran de videos y el resto solo de audios. Lo que se escuchaba eran pláticas de miembros del llamado “Grupo Boca (de Boca del Río)” organizándose para utilizar los programas Oportunidades y 65 y Más a fin de coaccionar el voto a favor de los candidatos tricolores a alcaldes y diputados locales en la elección que tendría lugar en julio de ese año.

Las grabaciones las había obtenido Miguel Ángel Yunes Linares entre el domingo 3 de febrero y el domingo 7 de abril. En la de esta última fecha se escuchaba al entonces alcalde boqueño, Salvador Manzur Díaz, decirles a operadores priistas que los programas sociales eran “realmente oro molido”, que tenían en sus manos, y que la única instrucción era: “que lo hagamos con el sentido político”.

(Qué cosas de la política, en su momento también Yunes utilizó la Sedesol estatal a cargo de la ahora senadora Indira Rosales para repartir miles y miles y miles de despensas para apoyar la candidatura de su hijo del mismo nombre a la gubernatura.)

Lo cierto es que priistas y yunistas sabían cómo hacerlo. Si Yunes no hubiera infiltrado y espiado a los tricolores otro resultado electoral hubiera habido en aquella elección de 2013 y no hubiera ocurrido ningún escándalo, pero los reventó a tiempo.

Ahora, ¡ay!, no ha habido necesidad de ninguna videograbación subrepticia porque con todo candor la mismísima directora general del DIF ha expuesto una prueba irrefutable echando de cabeza al mero jefe e inculpándose ella misma de violar la Ley de Asistencia Social (que a lo mejor ni conoce y nunca la ha leído) que prohíbe expresamente que actores políticos entreguen los apoyos destinados a personas en condición vulnerable.

Los priistas y yunistas también sabían cómo actuar rápido y quitarle el golpe al mero mero cuando se presentaban circunstancias como la de ahora: cesando al funcionario o funcionaria causante del desaguisado, negando que el Tlatoani hubiera dado tal indicación y argumentando que la mal servidora pública y etcétera se había tomado atribuciones que no le correspondían, había hecho mal uso de papel oficial y había puesto en boca del preciso palabras que solo en su imaginación había pronunciado.

Pero seguramente como en los mejores tiempos de Javier Duarte dirán ahora que aquí no pasa nada. Aunque de que tendrán “fiesta”, no se dude.

Campanazo de Julen

Por acuerdo de los grupos parlamentarios se designó ayer al senador panista por Veracruz, Julen Rementería del Puerto, como presidente de la Primera Comisión de la Comisión Permanente y que integra las comisiones de Gobernación, Puntos Constitucionales y Justicia.

Anticipó que desde esa posición pugnará porque el Poder Legislativo esté a la altura de las exigencias de los ciudadanos, “sobre todo ante la inacción del gobierno federal en este momento de contingencia sanitaria y económica”. Buen campanazo del blanquiazul.