/ Verónica Malo Guzmán /
Entre la fe y la incredulidad, un soplo. Entre la certeza y la duda, un soplo. Entre la certeza y la duda, un soplo. Alégrate en este soplo presente donde vives, pues la vida misma está en el soplo que pasa.” Omar Khayyam.
Si le lleva dos días hacer sus maletas, que las haga en dos segundos y utilice otros dos para diseñar el plan estratégico de cómo llegar a la Fiscalía.
Al desecharse la denuncia contra Julio Scherer y sus abogados, se asesta el golpe de gracia para Alejandro Gertz Manero. Ahora, a ojos de la Cuarta Transformación, pero particularmente del presidente López Obrador, quien puede entrar y meter orden en la FGR es Arturo Zaldívar.
Hay mucho debate si el hoy ministro presidente de la SCJN se encuentra imposibilitado o no para ser el fiscal de la nación. Ya él, junto con los mejores juristas de la 4T, lo tendrán que resolver para poder ser el relevo del peor fiscal/procurador de justicia que ha tenido México.
Conocemos todos que Gertz Manero hizo de la Fiscalía su feudo y brazo para acosar, atacar y encarcelar a sus adversarios. Poco importó que los delitos fueran inventados, como fue el caso de Alejandra Cuevas a quien tuvo casi dos años encarcelada injustamente.
Urge que se vaya Gertz Manero de la FGR
Ante lo cual urge que se vaya Gertz y que sea reemplazado por una persona que conozca la ley, ¡pero sobre todo —por favor— que la haga valer!
Siendo optimistas —sin dejar de ser crítica, pero buscando lo positivo—, por lo pronto sabemos que donde pararon al fiscal en seco con lo del caso Cuevas fue precisamente en la Suprema Corte dirigida por Zaldívar. Eso dibuja buenos pronósticos.
Y sí, Zaldívar ha sido polémico en diversas ocasiones, pero también es cierto que es de los pocos personajes de la actualidad nacional que de vez en cuando logra establecer sinergias con diferentes grupos políticos y sociales.
Falta saber si podría ser un buen fiscal. Uno que, sin llevar sus asuntos personales y perseguir a sus enemigos políticos, y tampoco se pliegue al primer mandatario en turno y a sus designios, que enderece a la institución que hoy se ha convertido en una agencia al servicio de un impresentable.
Gertz merece salir por la puerta trasera; ya no puede mantenerse en su puesto porque cada día se muestra fehacientemente su inquina y nulo respeto por la justicia.
La Fiscalía General de la República requiere un cambio de rumbo para retomar su misión primera de investigar y perseguir los delitos del orden federal; hacerlo con fundamento ante los tribunales del poder Judicial de la Federación.
Por la urgente necesidad que se vive en México de tener un sistema que funcione, ojalá el que llegue logre de verdad que la FGR sea un órgano autónomo, sólido, apegado a derecho y eficaz.