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/ Víctor Hal Diaz /
#PlanetaAzul “En 1947, Matilda McElroy, una enfermera militar, fue asignada a una misión secreta en Roswell, Nuevo México. Allí, se encontró con los restos de un objeto volador no identificado (OVNI) y con los cuerpos de dos entidades biológicas extraterrestres (EBEs). Uno de ellos estaba muerto, pero el otro, una mujer llamada Airl, estaba viva y consciente.
Matilda comenzó a atender a Airl y pronto descubrió que podía comunicarse con ella telepáticamente. Airl le contó a Matilda que su misión en la Tierra era de naturaleza expedicionaria y que ella era oficial militar, piloto e ingeniera. También le dijo que su cuerpo era un biorrobot, un avatar, cuyos tejidos estaban hechos de material sintético.
Airl le contó a Matilda que su civilización era muy poderosa y extremadamente antigua, y que su único objetivo era progresar. También le dijo que la Tierra era un planeta pequeño y aislado, utilizado como jardín zoológico o botánico, o como prisión para aquellos seres extraterrestres que eran considerados criminales o inconformistas.
Desafortunadamente, Airl dejó de funcionar (murió) después de un tiempo, y el verdadero alienígena decidió abandonar ese cuerpo avatar y cesó la comunicación. Matilda quedó con muchas preguntas y una gran preocupación por la seguridad de la humanidad.
En 2007, Matilda, ya con 83 años, decidió revelar su historia al ufólogo Laurence Spencer. Ella quería compartir su experiencia con el mundo antes de morir, y esperaba que su historia pudiera servir de advertencia para la humanidad”.
