¿Cuantas más?

Alma Delia Hernández Sánchez.

Es muy fácil ser miserable. Ser feliz es complicado, pero más entretenido”.Thom Yorke.

Hace unos pocos días el país se cimbraba con una noticia que bien pudo haber sido sacado de un guión de película de horror: un hombre asesinaba y vejaba cruelmente a quien había sido su pareja.

La lamentable tragedia nos mostró cuan miserable puede ser el ser humano (lo digo por el feminicidio, la filtración de las fotos y el juicio mediático ocurrido, como siempre, en redes sociales) y revivió varios debates, algunos que llegaron hasta la tradicional conferencia matutina del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Pues resulta que el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, esgrimió una serie de argumentos por los cuales según él, el feminicidio no debería de ser un delito (o tipo penal, como dicen los abogados); este debate se viene avivando ya entre juristas (hombres y mujeres) desde hace algún tiempo, pero yo pregunto: ¿el feminicidio no, pero el abigeato sí? ¿La delincuencia organizada? ¿Violación, estupro, pederastía?

Creo que los delitos atienden a las épocas y a las circunstancias sociales, por eso es vergonzoso que exista el feminicidio como delito; nos debería dar vergüenza como país su existencia.

Se entiende que las protestas de algunas personas quizá molestan a otros que congenian o no con sus ideas; pero también es legítimo alzar la voz y reclamar al estado-gobierno (no este, sino al ente abstracto) su incapacidad para resolver el tema de la violencia contra la mujeres.

Creo que ser más del 51% del padrón electoral nos legitima a las mujeres no sólo para defender que se siga juzgando por feminicidio a quienes asesinan a mujer por razón de odio o de género, sino para exigir que haya más y mejores medidas para defender nuestra integridad, nuestros ideales y el futuro que queremos para las niñas veracruzanas.

El tema está ahí, es polémico y ni siquiera nosotras quisiéramos que existiera, pero es real y nos lastima mucho como sociedad.
Yo también deseo que un día desaparezca el feminicidio, la desigualdad el machismo y la indiferencia, pero mientras me pregunto ¿cuántas Ingrids más? ¿Cuántas veces más nos tendrán que romper para que entendamos que el problema es de todas y de todos, que la indiferencia no ayuda y que el tema duele, pero no hay entrarle y no huirle?

MI RESTO

Jalón de orejas.
Me complace que el Sistema Nacional Anticorrupción, por conducto del Comité de Participación Ciudadana haya llamado la atención al Comité Coordinador en Veracruz por el tema de los honorarios que nos corresponden.

Ojalá no sea un llamado a misa, pero aquí vale resaltar unos pocos apuntes.

Que el Órgano de Gobierno (que son los mismos del Comité Coordinador) nuevamente cabecearon el tema de los honorarios y como campeones, lograron salirse por la tangente sin comprometerse (según ellos) a algo jurídico con el acuerdo tomado.

Lo cierto es que en esa mesa estuvieron presentes titulares de Entes públicos y tuvieron a la vista hechos que no sólo pueden considerados delitos, sino barbajanerías dignas de una película de piratas.

Pues ahora resulta que a los trabajadores del Sistema Anticorrupción pues les van a mochar sus percepciones salariales para hacer un montoncito con el que puedan pagarnos a nosotros, eso da mucha, muchísima pena.

Pero lo más grave es que a la vista de los de la mesa se cometieron diversas violaciones jurídicas como el abuso de autoridad, en dos momentos: uno en el momento en que alguien de Finanzas dijo “pues no le paguemos”, así, violando el 17 de la Ley 348; un segundo acto de la Secretaría Ejecutiva y del propio Órgano de Gobierno, diciendo “pues quítenle sus prestaciones a las y los trabajadores”.

Una entiende que el tema del dinero pues no está en su ámbito pero, caramba, una denuncia no estaría de más; por menos casi meten a la cárcel al líder del Sindicato de Trabajadores que bloqueó SEFIPLAN, ¿pero esto? Bien, gracias.

Seguimos esperando respuesta del Órgano de Gobierno, seguimos esperando que le dejen de aventar la pelota a la Secretaría Ejecutiva y se asuman como el Órgano Máximo de Administración.

Seguramente no habrá ninguna denuncia por esto, pero espero tragarme mis palabras.

Mientras siguen juzgando lo que hemos hecho cuando deberían preguntarle a la Secretaría Ejecutiva ¿qué se ha hecho para atender las solventaciones del ORFIS, qué requiere como órgano técnico de apoyo y qué insumos ofrece ante el raquítico presupuesto dado por el congreso?

Hay una expresión que se usa en mi pueblo, pero sólo diré: mientras todos en otros temas.
El que nada debe, nada teme.

Mtra. Alma Delia Hernández Sánchez
Integrante del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción de Veracruz