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- Se trata de la manipulación de contenido audiovisual con el que se quiere hacer creer que alguien dijo o hizo algo, pero que es falso
- Fernando Miranda, de la Maestría en Estudios de Opinión, comentó que existen investigaciones sobre este tema en Estados Unidos, pero son escasas en Latinoamérica
- Personas adultas mayores, las más propensas a compartir las publicaciones falsas creadas con inteligencia artificial
Fernando Miranda Hernández, alumno de la Maestría en Estudios de Opinión de la UV
/ David Sandoval Rodríguez / Fotos: César Pisil Ramos/
08/05/2025, Xalapa, Ver.- Fernando Ángel Miranda Hernández, alumno de la Maestría en Estudios de Opinión (Maeo) de la Universidad Veracruzana (UV), realiza una investigación enfocada en el impacto del uso de la inteligencia artificial con fines de distorsionar la información, en particular en la modalidad conocida como Deepfake.
El también egresado de la Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales de la UV cursa actualmente el segundo semestre del posgrado que se imparte en el Centro de Estudios de Opinión y Análisis (CEOA), adscrito también al Sistema Nacional de Posgrados (SNP) de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti).
Su proyecto, titulado “Análisis del impacto de Deepfake en la erosión de la confianza pública”, surgió de su interés en temas relacionados con el análisis de datos, en general con el uso de algunos softwares o programas especializados para procesar grandes cantidades de información, conocida como big data.
“Mi tema se refiere a la desconfianza pública a partir de contenido Deepfake, relacionado un poco con inteligencia artificial, un asunto latente en diferentes ámbitos y que vale mucho la pena investigar.”
Explicó que el Deepfake en general se trata de la manipulación de contenido audiovisual en el que se quiere hacer creer que alguien dijo o hizo algo, pero que es falso.
Comenzó a utilizarse alrededor de 2014 y en 2016 fue cuando se popularizó, enfocado principalmente a contenido sexual, pero se ha ido transformando hasta afectar a figuras públicas, líderes de opinión y políticos.
“Ahí es donde representa un mayor riesgo porque la tecnología ha ido evolucionando y al principio era fácilmente detectable; ahora estoy recopilando información, investigando, y sí hay mucho material, pero la mayoría se ha abordado en países de habla inglesa como Estados Unidos, y creo que sería interesante abordarlo acá, en la parte central y sur del continente.”
Su enfoque se centra en cómo este contenido es manipulado mediante inteligencia artificial e incita a las personas a dudar de la información.

Fernando Miranda y su compañero, Jacobo Espinosa, cursan el segundo semestre en el Centro de Estudios de Opinión y Análisis
“La hipótesis principal busca probar que cuando las personas son expuestas a este contenido y son conscientes de ello, comienzan a dudar incluso de lo que es contenido verdadero o verídico, entonces esto tiene repercusiones.”
Por otro lado, “las personas pueden utilizar el Deepfake, aunque sea de baja calidad, como un arma precisamente para erosionar esta confianza y hacer que los individuos duden en general del contenido que ven”, agregó.
Fernando Miranda consideró que, si bien existen herramientas para detectar esta manipulación, se ha dejado de lado a un gran estrato poblacional que son los adultos mayores; por tal motivo, su proyecto analiza dos grupos poblacionales, tanto nativos como migrantes digitales, los jóvenes y los adultos mayores, respectivamente.
“Hay un aumento en el uso de redes sociales, de internet, del Smartphone por parte de los adultos, lo cual ocasiona que también ellos funcionen a veces como amplificadores de esta distribución de información no corroborada o que no ha sido aún verificada y pueden influir tanto positiva como negativamente para esta dispersión de desinformación”, reconoció.
El universitario realizó un Deepfake para probar la facilidad que existe en crearlos, lo terminó en dos horas que incluyeron la edición del video, caracterizado como político, todo realizado con software accesible y gratuito.
“Si una persona con algunos conocimientos, sin presupuesto, con software gratuito y con imágenes tomadas de internet, puede hacer algo un poquito creíble, ¿qué podrá hacer una persona que sí tenga conocimientos, que cuente con el recurso y con el equipo adecuado?”, cuestionó.
Añadió que el tema del procesamiento de la información y los datos le interesa particularmente, además de ser una buena oportunidad tanto para complementar como para abrirse camino en el ámbito laboral, desarrollando algo diferente.
“Personalmente hablando, nunca me ha gustado encasillarme en algo y decir; la intención es proponer algo referente a alfabetización mediática o multialfabetización mediática.”