AMLO pidió crear un partido antiaborto

Carlos Loret de Mola.

Impulsar un partido antiaborto podría ser una contradicción. No lo es. En el fondo el presidente es un conservador de clóset

De cara a las elecciones de junio pasado, el presidente López Obrador alentó, impulsó y lanzó directrices para la creación de un partido de ultraderecha que representara al sector de la sociedad que está en contra de la interrupción legal del embarazo, y lo mantuviera políticamente cerca de su gobierno.

Según me revelan fuentes de primer nivel en Palacio Nacional, el presidente de México convocó a su añejo aliado, Hugo Eric Flores, para resucitar al PES, del que fue dirigente nacional. El PES surgió como un partido evangélico y formó parte de la coalición que impulsó a López Obrador a la Presidencia en 2018. Sin embargo, no consiguió tener el 3% de la votación nacional, a pesar de que ganó la gubernatura de Morelos postulando al exfutbolista Cuauhtémoc Blanco.

Hugo Eric Flores, me dicen las mismas fuentes, acudió a la convocatoria del presidente AMLO y recibió de él dos directrices para la resurrección del PES:

La primera fue abrir el partido a los sectores católicos más conservadores, es decir, que no sólo fuera un partido de corte evangélico, sino que impulsara los valores del catolicismo y buscara acercar a los más comprometidos fieles católicos. De esta manera, estaría tratando también de restarle votos al PAN.

La segunda directriz fue que postulara a la gubernatura de Baja California al polémico priista de toda la vida Jorge Hank Rohn para que sumara votos que le permitieran alcanzar la cifra mágica de 3% de la votación nacional para conservar su registro, y de paso debilitara al PRI que se alistaba a conformar la alianza opositora con el PAN y el PRD.

Hugo Eric Flores echó a andar el nuevo PES con esa agenda, pero por “un pelito” no logró el 3% de la votación nacional y volvió a perder el registro. Y eso que postuló a Hank al gobierno de Baja California, que quedó en segundo lugar, con el 31% de la votación estatal.

Para López Obrador, que se dice de izquierda y se presenta como heredero de las más nobles luchas democráticas, impulsar un partido antiaborto y promover a un personaje como Hank podría parecer una brutal contradicción. No lo es. En lo que toca a la interrupción del embarazo, apenas atestiguamos la reacción tan tibia que tuvo ante la histórica decisión de la Suprema Corte para defender el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo: López Obrador, que se dedica a la confrontación las 24 horas del día, dijo en la conferencia mañanera que prefería no opinar sobre el aborto porque no quería confrontar dado que era un tema muy polémico; en el fondo sabemos que el presidente es un conservador de clóset. Y sobre alentar la carrera política de un personaje como Hank, ya hemos visto lo fácil que es: si te sometes a AMLO, él te perdona todos tus pecados. ¿Les sorprende lo de Hank? Es peor Bartlett, y ahí lo tiene en silla de oro.

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