Cuando faltaban apenas horas para que el presidente Andrés Manuel López Obrador deje el cargo y se lo entregue a Claudia Sheinbaum, la seguridad de ambos falló. En Tepic, Nayarit, las medidas de protección al mandatario saliente y la presidenta entrante fueron tan ineficientes que un trabajador del Poder Judicial pudo infiltrarse al hotel donde pernoctaron y logró subirse al elevador con ellos y cuestionarlos sobre la reforma judicial. Al bajar, el manifestante fue aislado por Daniel Asaf, jefe de la Ayudantía Presidencial, hubo empujones y gritos, mientras que Sheinbaum y López Obrador salieron como pudieron del hotel. El joven sólo quería protestar y no pasó a mayores, pero está claro que de haber un esquema de seguridad bien diseñado, nunca habría tenido la oportunidad de acercarse de esa manera y quedar dentro de un elevador con ellos. Más allá de la retórica de que el pueblo los cuida, deben tener una protección de nivel de jefes de Estado. Lo comentan en Bajo reserva de El Universal