*sobreviviente14.03.2023. Ciudad de México.- Después de un año de juicio, celebramos que en el caso de Andrea se ha juzgado con perspectiva de género y se ha alcanzado la justicia a través de una sentencia condenatoria en contra de Sergio N por el delito de tentativa de feminicidio, narra Instituto mexicanos de Derechos HUmanos y Democracia (imdhd.org)
Aunque nos mostramos satisfechas frente a la sentencia, hay que recordar que en México hay muchas mujeres esperando a que su agresor pague por los hechos de violencia ante la justicia y que no son pocos los feminicidios en un país que, desde 2018, registra cifras de más de 850 al año según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Justamente un delito en grado de tentativa es esto, que el sujeto activo, en este caso Sergio despliegue todas las conductas tendentes o necesarias para privarla de la vida (…) y que si esto no sucedió, es decir, si no perdió la vida, pues fue precisamente porque alguien intervino a tiempo para poder parar esa agresión…
Ximena Ugarte Trangay, abogada del caso
En el caso la jueza determinó que todos los antecedentes de violencia acreditados no solamente demostraron un ejercicio de poder por parte de Sergio en contra de ella, sino que, además, se evidenció un desprecio absoluto del agresor en contra de una mujer, a través de actos de violencia continuados que habían iniciado desde que ella estaba embarazada hasta el 9 de febrero de 2020 cuando él intentó acabar con su vida.
Según Ximena Ugarte Trangay, abogada del caso, la sentencia sienta un precedente en varios sentidos, principalmente en cuanto a la interpretación de lo que se denomina lesiones degradantes e infamantes como razón de género. Durante el juicio, Andrea tuvo la oportunidad de mostrar las cicatrices que años después de los hechos, todavía tiene en su cuerpo; marcas que se encuentran en partes visibles y que toda la vida le van a recordar el hecho.
La jueza determinó que una de las razones de género eran las lesiones degradantes e infamantes (…) que justamente como parte de del análisis que se hace de esta razón de género, pues tiene que ver con eso: lesionar a las mujeres en donde puedan ser vistas como una especie de marcaje, como una especie de de posesión del cuerpo de las mujeres.
Ximena Ugarte Trangay, abogada del caso
Para alcanzar el fin del proceso penal de este caso, no solo se destaca el trabajo de las abogadas Ximena Ugarte y Verónica Garzón del IMDHD, sino también la labor de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en México quienes estuvieron dando seguimiento a que la Fiscalía actuara con debida diligencia y en total respeto al debido proceso. El seguimiento de las y los observadores, así como su presencia en las audiencias resultó favorable para el caso a fin de impulsar y presionar al tribunal para que garantizara los derechos humanos de manera adecuada.
Además del trabajo de quienes procuraron que se hiciera justicia en el caso, un elemento muy importante fue haber podido contar con el testimonio y el valor de Andrea, sumado al ejercicio de recabación de pruebas (periciales, testimoniales y varias pruebas documentales), entre ellas una carpeta de investigación que ya existía en contra de este mismo sujeto por un ataque previo que había cometido en contra de ella el 5 de enero del mismo año lesionándola con un cuchillo en el brazo.
Tuvimos la posibilidad de tener el testimonio de la víctima en donde la jueza le dio un valor probatorio preponderante al testimonio de Andrea (…) No dejaba lugar a dudas que se había tratado de cometer un feminicidio, que no se cometió por la intervención de terceras personas y que claramente él había sido el responsable de la comisión de este delito.
Ximena Ugarte Trangay, abogada del caso
Con esta sentencia se espera seguir construyendo cambios y sentando precedentes en la labor de juzgar con perspectiva de género en casos de tentativa de feminicidio.
Aunque fue de alguna forma un hito de justicia para Andrea, también se necesita justicia para las demás mujeres que la esperan y para los miles de casos en los que ellas no vivieron para testificar ante un juicio y ver a su agresor cumpliendo su condena.
El Caso de Andrea
Andrea es una mujer de 30 años, originaria de CDMX, madre de dos niñas.
Desde el 2016 Andrea y Sergio tenían una relación sentimental, juntos tuvieron una hija. Durante la relación, Andrea fue víctima de diversos actos de violencia. El 5 de enero de 2020 luego de tener una fuerte discusión, Sergio atacó a Andrea con un cuchillo, dejándola herida del brazo izquierdo; inmediatamente Andrea acudió al hospital, donde decidió denunciar ante las autoridades presentes. La fiscalía como medida de protección, emitió una orden de restricción.
Durante más de 1 mes, Sergio violentando la orden de restricción, por medio de mensajes de texto acosó y hostigó a Andrea, exigía ver a su hija. Fue hasta el 9 de febrero del 2020 que Andrea de una manera forzada accede a que su hija conviva con su papá. El mismo día Andrea sufre múltiples ataques a manos de Sergio, siendo víctima de 16 lesiones que pusieron en riesgo su vida.
El 26 de febrero del 2020 luego de conocer la historia de Andrea, el IMDHD comienza a acompañar el caso; como parte de las primeras acciones jurídicas, se solicitaron de manera urgente diversos actos de investigación, principalmente que se rescataran los videos tomados por las cámaras del sistema de seguridad del lugar donde sucedieron los hechos.
Actualmente se han desahogado todas las pruebas, el mismo día que se iba a dictar sentencia la defensa de Sergio promovió un amparo que suspendió el proceso. Hasta ahora el caso se encuentra en espera de la resolución de ese amparo para que se continúe el proceso y se dicte sentencia.
El 28 de febrero de 2023 se logró hacer justicia a través de una sentencia condenatoria en contra de Sergio N por el delito de tentativa de feminicidio.