Andrés Manuel quiere ser árbitro; juez, parte, ganador y prensa. Todo menos perdedor.
VERÓNICA MALO GUZMÁN
Torpe ambición emponzoñó tu senoy, en el bridón siniestro de la guerra, trocaste el suelo que tu polvo encierra en abismo de llanto, sangre y cieno. Julián del Casal.
“Hay una diferencia sencilla entre un dictador y un demócrata: si el demócrata no tiene oposición, su deber es crearla, mientras que el sueño del dictador es eliminar toda oposición.”
Oscar Arias.
El control del legislativo
López Obrador dice que hay un complot para que Morena no mantenga la mayoría en la Cámara de Diputados a partir de las próximas elecciones federales. Momento de poner las cosas en claro: en estos momentos, ni todos están con el INE ni todos están a favor de Morena en la materia. Pero hay una cosa cierta, justa, legal y democrática: la ciudadanía —votando el 6 de junio— es la que decidirá si el poder legislativo continúa siendo comparsa del ejecutivo federal o no.
Todo menos perdedor
Ello no obsta —todo lo contrario— que, a pesar de que la 4T barbulle que el instituto electoral trabaja para los partidos opositores y AMLO organice su fiesta particular llamada “Acuerdo Nacional por la Democracia”, solo el INE tiene consagradas constitucionalmente las responsabilidades de la organización —justa, limpia y ordenada— de los procesos electorales.
Mas Andrés Manuel quiere ser árbitro; juez, parte, ganador y prensa. Todo menos perdedor. La verdad de las cosas, con la actitud que despliega, lo único que demuestra es que es un nato perdedor.
Descalificar es la regla del juego
AMLO dice no involucrarse en cuestiones electorales, lo cual ha resultado una charada.
Aún antes de tener lugar la jornada electoral, ya descalificó al INE, a los millones de ciudadanos que participarán en las elecciones (cuidando las casillas, contando los votos y acompañando a la población que sufragará a pesar del covid) y a los muchos millones más que no piensan votar por su partido.
Pero el novísimo enfurruñamiento del tabasqueño aumenta de grado con los últimos problemas por los que atraviesan algunos de los miembros de Regeneración Nacional.
La ley de la transitividad
Todo lo que afecta a Clara Luz Flores, afecta a Morena y todo lo que afecta a Morena, afecta a AMLO. Simple ley de la transitividad. Igual que él ha trasladado su popularidad a los candidatos, ahora los problemas de los mismos le impactan a él.
Pero no es el único caso, tal vez el más acuciante inició por su necedad —sí, la de López Obrador— de mantener a Félix Salgado Macedonio como candidato al gobierno de Guerrero.
El INE —apegado a lo que dicta la norma— ya lo bajó de la contienda, pero Salgado Macedonio ya anunció que impugnaría dicha resolución ante el TEPJF. Como diría el colectivo feminista ‘Las Brujas del Mal’, no sorprende que este hombre no entienda que NO es NO…
Con la cancelación del registro de su candidatura y la del candidato de Morena por Michoacán, se quiere culpar al INE. Nada más falso: el Instituto no les quitó nada, son ellos los abanderados los que no cumplieron con la ley.
Así, tal vez lo principal sería entender que las mentiras, pretextos y falacias están impactando a Morena. Clara Luz Flores mintió al decir que no conocía a Keith Raniere; Félix Salgado y Raúl Morón gastaron dinero, pero presumen no haber estado en precampañas; y Andrés Manuel ha querido ser el árbitro electoral cuando ya existe uno.
No nos dejemos engañar: el INE cumple con la ley; hay candidatos y partidos que la violentan.
El atropello de la sobrerrepresentación
Los anteriores dos casos son la punta del iceberg por las cuales Morena, la 4T y López Obrador se han ido con toda la artillería contra del INE y su presidente Lorenzo Córdova. Pero tal vez la más fuerte ofensiva ha sido en razón de la última resolución del INE tomando en cuenta lo que dice el Art. 54 constitucional: “en ningún caso, un partido político podrá contar con un número de diputados por ambos principios que representen un porcentaje del total de la Cámara que exceda en ocho puntos a su porcentaje de votación nacional emitida”.
Con lo cual queda al descubierto una de las mentiras más importantes de este sexenio: la Cámara de Diputados está integrada en este momento con un 61% de las curules para Juntos Haremos Historia. Sin embargo, en 2018, los votantes solo le dieron al grupo en el poder el 47% de los votos.
Quedó demostrado lo gandalla que puede ser Morena.
Contra Córdova y Murayama
Que el INE impida la sobrerrepresentación a futuro (más vale tarde que nunca, creo yo) no es atentar contra la democracia. Lo que realizan Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y los otros consejeros del Instituto es velar el cumplimento de la ley.
Por supuesto, hoy escucharemos en la mañanera que Lorenzo Córdova es el culpable de que el PRI y el PAN tengan registrados en la plataforma a más del 90% de sus candidatos, cuando los abanderados de la 4T no alcanzan ese porcentaje. ¿No será más bien que dejan todo para mañana?
Supongo que el INE le podría responder a Morena lo mismo que decía el ejecutivo federal, a través de la SSA, sobre la plataforma de registro para la vacunación anticovid (esa para hacer un padrón que luego no sirvió de nada): “disculpe la molestia; sigan usted intentando”. Respuesta dada a todos los viejitos que se querían registrar para recibir su inoculación.
El complot se llama democracia
Se debe escuchar a Lorenzo Córdova. A días del arranque de las campañas electorales, el presidente del INE señala su preocupación por la posibilidad de que se acentúe la intolerancia entre rivales políticos y se hable de fraude electoral. Pide a todos los actores apegarse a la ley; no querer interpretarla, moldearla y manipularla a antojo.
Y ceñirse a la norma ciertamente no ocurrirá solo por descalificar al titular del instituto electoral por un dicho racista que emitió hace años. Como tampoco recordando la discriminación realizada diariamente desde la palestra matinal a partir de diciembre de 2018…
No hay complot. La elección la hacemos y construimos todos los mexicanos. Se llama el ejercicio de la democracia.
Momento de que quienes ganaron con las reglas democráticas hace tan solo tres años, hoy sepan acatar esas mismas bases.
P.D.
Joe Biden anuncia —la normatividad lo permite— que tiene la intención de contender por la reelección en el 2024. Bien por la democracia de aquel país. Pero, bueno, primero habría que ver que llegue vivito y coleando a ese año… Naturalmente, eso es lo que se le desea al actual presidente norteamericano.