*Palabra de Malinche.
/ Escrito por Cirenia Celestino Ortega /
La semana pasada, las feministas nos reunimos en la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe en distintas sedes de la Ciudad de México, la cual se enmarcó en los 30 años de la Cuarta Conferencia Internacional de la Mujer, Beijing 1995 y de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, Belem Do Pará.
Se trató de una conferencia de reflexiones y planteamientos que nos permitieron entender las condiciones de vida de las mujeres y la permanencia de la desigualdad y comprender que una sociedad de cuidados no sucederá sobre la desigualdad de las mujeres.
Fue una conferencia pedagógica para entender las dimensiones del cuidado: derecho al cuidado, a ser cuidada, al autocuidado y al cuidado del medio ambiente y, para ello, proteger a quienes cuidan y protegen el medio ambiente.
Previo a su inicio, a través de la Opinión consultiva 31/2025 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), reconoció el cuidado como un derecho, por tanto, es justiciable y exigible a los Estados además de ser progresivo, interdependiente y universal. Por tanto, este fue el tema central de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, sobre las Mujeres, en plural, ajustado a partir de su declaratoria.
Las constantes:
A lo largo de la semana, feministas de toda la región compartieron sus experiencias en territorio y las preocupaciones en sus países.
El avance de la militarización, las derechas y la preocupación por el genocidio en Palestina. “Palestina libre” se coreó en más de una ocasión.
Aunque se presenta una avanzada de las mujeres en la región, este avance sucede en un contexto de debilitamiento de las democracias, en tiempos de crisis dejado por los gobiernos antecesores a la llegada de las mujeres y que a ellas les está tocando lidiar.
Las feministas advirtieron un clima de estigmatización, deslegitimación y campañas dirigidas a romper la confianza en las organizaciones civiles a pesar de ser quienes trabajan en los territorios y construyen el tejido social.
Reconocimos el cuidado no como una obligación estereotipada de las mujeres sino como una responsabilidad social y del Estado.
Así como la emergencia climática en el mundo y el rol de las mujeres en su defensa fue también una constante. Por eso, el documento preparatorio de la Conferencia y su resolutivo, llamado Consenso de Tlatelolco, reconocieron la labor de las defensoras de derechos humanos, particularmente de las defensoras del medio ambiente quienes llaman a adoptar medidas para prevenir la violencia en su contra, combatir la impunidad en estos casos y adoptar medidas para su protección.
Tal como lo señala el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información Ambiental, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en América Latina y el Caribe (también conocidos como Acuerdo de Escazú), primer acuerdo en el mundo que establece la obligación de promover, proteger y defender a las personas defensoras de derechos humanos en temas ambientales.
Errores:
Las sedes de difícil acceso, desaseadas, Centro de Estudios Interculturales Nezahualcóyotl (CEIN) de la Secretaria de Pueblos y Barrios y comunidades Indígenas de la Ciudad de México, SER, Cámara de Diputados y el Centro Cultural Universitario Tlatelolco. El CEIN sin aforo.
Retos:
- No solo una política de cuidados, se deben llevar los cuidados a otras políticas.
- El Estado debe garantizar el derecho a los cuidados con políticas y estructura.
- La sociedad de cuidados no avanzará si no se cierran las brechas de desigualdad que reproducen la opresión y explotación de las mujeres.
- La sociedad de los cuidados como nuevo modelo económico, social, en armonía con la vida y en el centro la justicia y vida para las mujeres.
Otro de los retos estuvo en los medios de comunicación, donde se reconoce su rol para erradicar estereotipos, promover otras representaciones del cuidado basadas en la redistribución y colocarlos como un derecho. Sin embargo, hicieron casi nula cobertura de la Conferencia.
Celebramos su inclusión en el Consenso de Tlatelolco que recomienda “Formular políticas orientadas a eliminar contenidos sexistas y discriminatorios, y promover la incorporación de referentes que visibilicen el valor y la corresponsabilidad de los cuidados en medios de comunicación. Los medios de comunicación y la labor de las mujeres periodistas son indispensables para el avance en la igualdad y la vida democrática.
Con la Declaratoria de la Conferencia llamado Consenso de Tlatelolco inicia el Decenio por la igualdad sustantiva y de la sociedad del cuidado 2025-2035. Tal como sucedió hace 50 años en la Primera Conferencia Internacional de la Mujer realizada en 1975 en esta misma ciudad y esa misma sede, Tlatelolco 1975 cuando se declaró el decenio de la mujer (1975-1985).