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/ Darío Pale /
12.11.2025 Xalapa Ver.- Con el objetivo de dar visibilidad a los verdaderos artesanos del calzado, un grupo de zapateros y comerciantes del tradicional barrio comprendido entre las calles Nicolás Bravo y Miguel Lerdo, en el municipio de Naolinco, realizó una rueda de prensa para invitar al público a visitar la zona y conocer su trabajo completamente artesanal.
El señor Javier Ismael Hernández Rivera, comerciante y zapatero de la localidad, explicó que esta iniciativa surge ante el olvido que ha sufrido el barrio, pese a que ahí se ubican familias dedicadas por generaciones a la fabricación de zapatos, botas y huaraches de piel auténtica.
“Somos un barrio de artesanos que hacemos calzado de todo tipo: botas vaqueras, botines, calzado casual y de dama. Lo que queremos es que la gente sepa que aquí en Miguel Lerdo y Nicolás Bravo se sigue trabajando el zapato artesanal, hecho con las manos y con calidad”, expresó.
Hernández Rivera señaló que muchos visitantes llegan al centro de Naolinco y desconocen que a unas calles se encuentra esta zona llena de talleres familiares, conocida como La Escuadra, ubicada cerca del restaurante La Casona. “Ahí trabajamos alrededor de 30 artesanos, todos nacidos aquí, hijos y nietos de zapateros”, indicó.
Los artesanos afirmaron que su intención no es competir con los comerciantes del centro, sino diferenciar su producto del calzado industrial o de importación, que ha desplazado al trabajo manual. “Hay mucha mercancía que viene de León, Guadalajara o incluso de China, pero nosotros seguimos trabajando con pieles naturales, con procesos tradicionales”, comentaron.
Durante la rueda de prensa, también participó Abiu Domínguez Salma, artesano de la calle Nicolás Bravo, quien mostró algunos de los productos elaborados en el barrio: botas, huaraches, cinturones y tenis, todos hechos con piel genuina.
“El cuero que usamos es curtido vegetal, pintado y trabajado a mano. Nada es sintético. Incluso las hebillas de nuestros cinturones son forjadas artesanalmente en Amozoc, Puebla”, explicó.
Los precios de los artículos varían según el tipo de piel y el diseño. Una bota de piel de res puede costar desde 900 hasta 1,800 pesos, mientras que las botas exóticas, elaboradas con piel de lagarto, avestruz, cocodrilo, pitón o mantarraya —todas provenientes de granjas legales—, alcanzan los 5,000 pesos. En el caso de los huaraches y tenis artesanales, los precios oscilan entre 300 y 650 pesos.
Cada par de botas requiere entre cuatro y cinco días de trabajo, desde el corte de la piel hasta el armado y cosido final. “No es una producción en serie. Cada pieza lleva dedicación, experiencia y manos naolinqueñas detrás”, destacaron.
Los zapateros recordaron que el mes pasado, durante las festividades del Día de Muertos y la tradicional “cantada”, decoraron su barrio por primera vez con el fin de atraer visitantes y rescatar el orgullo artesanal de la zona.
Finalmente, hicieron un llamado a turistas y compradores a visitar directamente el callejón de Nicolás Bravo y Miguel Lerdo, donde aseguran que se encuentra el “corazón del zapato artesanal” de Naolinco.
“Queremos que la gente nos conozca, que vea que todavía hay artesanos de verdad. Aquí todo lo hacemos con amor, con piel, con historia y con nuestras manos”, concluyó Hernández Rivera.












