** Prosa aprisa.
/ Arturo Reyes Isidoro /
La semana pasada, hasta el viernes, no se veía en Veracruz el líder ni el liderazgo que habían estado reclamando los veracruzanos, a falta del que se esperaba que surgiera con la llegada del gobierno que despertó la esperanza de millones de veracruzanos en 2018, pero que nunca llegó.
Ahora, en solo cuatro días, entre el sábado y el martes, asomaron dos, uno político-social y otro religioso: Dante Delgado vino a llenar el vacío de liderazgo que le hacía falta a la oposición política y a víctimas de la sociedad civil y Jorge Carlos Patrón Wong el que dejó su antecesor en la Arquidiócesis de Xalapa, Hipólito Reyes Larios.
Toño Reyes (Jesús Antonio Reyes González, mi hijo, también periodista, aunque de bajo perfil) publicó ayer un artículo que apunta un detalle que le da otra dimensión a la llegada de Dante para encabezar el reclamo de justicia para las víctimas del delito de ultrajes a la autoridad.
“Pero lo que en ninguna nota se leyó, en ninguna foto, audio o videograbación se evidenció, de lo que nadie se enteró ni habló, fue de las madres de familia que acudieron para abordar en la calle al senador Dante Delgado; con mucha angustia y lágrimas le entregaban folders con datos de los casos de sus hijos suplicándole que no las olvidara, que las ayudara, que sus hijos, los de los recluidos, no solo les lloraban sino que también ya no había sustento para ellos y que la depresión se había apoderado de sus hogares”.
Como reportero del portal referente.com.mx él cubrió la actividad del exgobernador desde que llegó hasta que se fue. Atestiguó, pues, lo que describe. En su artículo resalta ese detalle, dice él, aparte de los dimes y diretes entre el grupo opositor y los del palacio de gobierno y entre los puntos de vista de la prensa crítica y de los comunicadores a sueldo del gobierno.
A Dante, por un lado, lo acuerpó una representación de políticos de diversos partidos de oposición, que por más que se diga que no, le da una connotación política al movimiento que encabeza, pero por el otro, fuera de cámaras, lo fue a escuchar, para abordarlo, un grupo de víctimas indirectas de los atropellos cometidos por el gobierno en nombre del delito de ultrajes a la autoridad, lo que coloca su activismo en una dimensión social.
El senador y dirigente nacional del partido Movimiento Ciudadano vino a llenar un vacío y a suplir a las autoridades del gobierno del estado, a los legisladores y a las autoridades municipales de Morena, por su ausencia y su indiferencia para atender el reclamo, el clamor de miles de veracruzanos, hombres y mujeres, que sufren la injusticia de un gobierno que los ha atropellado.
Incluso para muchos políticos lo ocurrido el sábado en la escalinata de la Catedral de Xalapa fue el asomo, ahora sí, de la oposición, que no se veía después del descalabro electoral del año pasado; el nacimiento de la oposición que va a enfrentar a Morena en la elección para la gubernatura en 2024, con Dante a la cabeza.
Todo pastor debe oler a oveja
Ayer no fue nada difícil encontrar, con el primer contacto, en el nuevo arzobispo de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong, a un hombre que derrama carisma y que no dejó ninguna duda –al menos eso fue lo que percibí– de que ejercerá un gran liderazgo en la feligresía no solo de la Arquidiócesis de Xalapa sino de todo el estado.
Verlo y escucharlo de cerca me confirmó todo lo bueno que sobre él me habían dicho amigos, compañeros periodistas y políticos de Poza Rica y de Papantla y algunos fiscales que pasaron por la zona norte.
Aparte de la solemnidad del acto religioso, cada que el espacio se lo permitió sonrió, siempre sonrió, incluso en algunas de sus intervenciones motivó las risas de los presentes y a su paso entre la grey y los invitados al acto para bendecirlos hizo sentir empatía a todos, una confianza natural que en pocos hombres se da a menos que un rayo especial lo ilumine, como sin duda es su caso.
Nativo de Mérida, Yucatán, parece un veracruzano más (un día antes, en su primera conferencia de prensa había proclamado que “solo Veracruz es bello”), tal vez por haber ejercido ya como obispo coadjutor de Papantla de 2009 a 2013, cuando conoció la realidad veracruzana y mucho de la idiosincrasia del veracruzano (a los veracruzanos y a los yucatecos los une la historia, desde la llegada de Cortés, el baile cuyos ritmos trajeron los españoles de Cuba –peninsulares y jarochos son grandes danzoneros—, el deporte en especial el beisbol, la trova y los grandes compositores –Agustín Lara y Armando Manzanero, solo para citar dos muestras–, la riqueza de su gastronomía, su folclor, su riqueza arqueológica, sus bellezas naturales. En fin, mucho como para sentirlo un veracruzano más y con el perfil de un nuevo líder en el estado.
En su primera homilía de ayer planteó tres propuestas a sus feligreses: la santidad, la unidad y la alegría. Ante la ausencia del gobernador Cuitláhuac García, quien mejor se fue a presentar la Cumbre Tajín a Los Pinos, respecto a la segunda vía, la de la unidad, dijo que “a diferencia de personajes públicos bien conocidos que se dedican a dividir, a polarizar, a enemistar, creando facciones, enemigos todos los días… nuestras propuestas son y serán siempre de escucha, de cercanía, de proximidad en la oración, en el discernimiento, en la toma de decisiones y en la acción”.
Horas antes, en su primera conferencia de prensa el lunes, había declarado que está abierto a un encuentro con el gobernador para escucharlo con atención “en todo lo que está haciendo o dice que hace”, pero que esperaría entablar un diálogo coincidente en el que le dejaría claro que es portavoz de toda la comunidad católica, de ahí que le haría saber que si bien se trata de un tema de competencias “cada autoridad es corresponsable en la parte de la realidad de Veracruz, de Xalapa”.
Llegó, pues, y lo dice, para liderar a su rebaño, y como lo dijo el papa Francisco al inicio de su pontificado y lo suele repetir el presbítero José Manuel Suazo Reyes, vocero de la Arquidiócesis, todo pastor debe oler a oveja. Jorge Carlos Patrón Wong, qué duda cabe, pintó su raya y se ha puesto ya al lado de su feligresía, del pueblo. Veracruz tiene un nuevo guía y líder.
Estados buscarán depender menos, fiscalmente, del gobierno federal
En 2016, al fijar su posición como diputado local independiente, Gerardo Buganza Salmerón propuso al inicio de la LXIV Legislatura una medida que se escuchaba sensata pero audaz: que Veracruz se descordinara fiscalmente del Gobierno federal, que cobrara sus impuestos y que diera a la Federación lo que le correspondiera, o sea, al revés de lo que siempre se ha venido haciendo.
Su reacción obedecía a la negativa del gobierno de Enrique Peña Nieto de subsidiar y venir al rescate del Estado luego de que Javier Duarte había dejado a Veracruz en la peor crisis económica de su historia, de la que todavía no solo no sale sino que casi se mantiene intacta.
Buganza reclamaba por un trato fiscal injusto de la Federación, algo que había hecho en 1970 el entonces senador electo Rafael Arriola Molina, lo que le valió que nunca llegara al Senado pues lo congelaron los presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, uno saliente el otro entrante.
Por eso me llamó la atención la nota que leí el lunes en Milenio. Entrevistado por ese medio, el secretario de Finanzas de Veracruz, José Luis Lima Franco, declaró que la Comisión Permanente de Funcionarios Fiscales del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, que encabeza este año, trabajará en fortalecer y mejorar los ingresos propios de estados y municipios para depender menos de la captación federal.
Expresó que la meta para 2022 es reducir la dependencia del gobierno federal en 5 puntos porcentuales, y entre las alternativas mencionó trabajar en el predial, la tenencia y otros impuestos como el de nómina y ecológicos.
De acuerdo a la nota, refirió que actualmente la dependencia de los ingresos de la federación es, en su mayoría, entre 90 y 95 por ciento (como en el caso de Veracruz), por lo que si se reduce puede llegar a 85 o 90 por ciento.
Explicó que para lograrlo se trabajará en compartir las buenas prácticas que tengan ciertos estados y municipios y con base en ello llevar una propuesta a la Secretaría de Hacienda para convertirla en reformas.
“Estamos buscando convenios entre estados y municipios para que podamos, a través de la Ley de Coordinación Fiscal, acceder a recursos extra”, expresó y detalló que uno de los impuestos en los que se trabajará es en el predial, y que para facilitarlo buscarán que los municipios puedan pagarlo a través de la plataforma que tiene la entidad para pagos virtuales. ¿Acaso Lima Franco encontró la punta de la madeja del problema?