Del siglo XIX al siglo XXI. Parte I.
Por Rodolfo Ondarza Rovira*.
Manuel Acuña (1849-1873), poeta y estudiante de Medicina, escribe un poema llamado Cinco de Mayo, dedicado a la gloriosa victoria de la Batalla de Puebla.
Transcribo aquí el VI verso:
Y allí, el francés, el primero
De los soldados del orbe,
El que en sus glorias absorbe
Todas las del mundo entero,
Tres veces pálido y fiero
Se vio a correr obligado,
Frente al pueblo denonado
Que para salvar tu nombre,
Te dio un soldado en cada hombre
¡Y un héroe en cada soldado!.
Antecedentes de la Segunda Intervención Francesa.
Más de veinte personas ocuparon la presidencia durante la época comprendida entre la caída del primer emperador, Agustín de Iturbide, en 1823, y la llegada a México de Maximiliano, en 1864; todo ello reflejo de las enormes dificultades, de toda índole, que vivió el México independendiente. Incluyendo la intervención francesa de 1838 o Guerra de los Pasteles, y la guerra contra Estados Unidos (1846-1848) donde perdimos más de la mitad de nuestro territorio.
En 1857 el general Félix María Zuloaga, al mando de la facción conservadora, controlaba la ciudad de México, siendo su gobierno reconocido por los diplomáticos europeos.
En 1858, el general Zuloaga proclamó el Plan de Tacubaya, con el que desconoció la Constitución de 1857, nombrado siendo nombrado presidente interino en oposición a Benito Juárez, presidente constitucional. Con ello se dio inicio a la Guerra de Reforma (1858 a 1861), en la que se hizo valer la legalidad de las Leyes de Reforma, que incluían la separación de la Iglesia y el Estado, la nacionalización de los bienes eclesiásticos y la libertad de cultos.
Se suma el general Miguel Miramón al Plan de Tacubaya, cadete que a sus 14 años fue hecho prisionero por el ejército estadounidense durante la defensa del Castillo de Chapultepec, motivo por el que recibió la medalla en honor. Vencedor de los liberales en diversas batallas, en 1859 sustituyó a Zuloaga, y fue nombrado presidente interino por el Partido Conservador en febrero de 1859.
Aquí cabe recordar que el general Juan Nepomuceno Almonte Ramírez (hijo de Morelos) sirvió como representante del gobierno conservador, firmando en París, el 26 de septiembre de 1859, el Tratado Mon-Almonte, signado entre el gobierno mexicano de Miramón y el español de Isabel II, con el que se consideraba a México como un protectorado español, acordando indemnizar a los súbditos españoles por los daños y perjuicios derivados de delitos del orden común, en un monto que determinarán los gobiernos de Francia e Inglaterra. También se ratificaba el Convenio de 1853, donde Santa Anna se comprometía a pagar una deuda originada desde el Virreinato.
Asimismo, se contemplaba otro préstamo, el cual debía ser pagado al triunfo conservador, pero esta deuda terminó pasando al gobierno liberal, sumándose a la cuantiosa deuda externa con las naciones europeas.
Por ello el presidente Benito Juárez lo declaró traidor a la patria, reservándose “el derecho de arreglar las diferencias pendientes con España, conforme a los principios de justicia universal y de un modo conveniente a la dignidad de ambas naciones”.
Todo ello complicó aún más la ya deteriorada condición financiera, en donde los préstamos solicitados por los diversos gobiernos sofocaban a México.
Mientras tanto los liberales, liderados por Benito Juárez, tomaban Veracruz, junto a sus ingresos aduanales.
En marzo de 1859 Miramón sitió al Gobierno de Benito Juárez en Veracruz.
En este punto, el 6 de marzo de 1860 los liberales ganan una batalla naval, en Antón Lizardo, capturando dos vapores conservadores, sin izar bandera y acusados inicialmente de piratería, el “Marqués de la Habana” y el “General Miramón”, que pretendían bloquear el puerto, llevando también pertrechos de guerra a las tropas de Miramón. Esta victoria se consiguió con ayuda de la corbeta “Saratoga” de bandera estadounidense, remolcada desde Veracruz por por el vapor Wave, y acompañado del Indianola, estos dos últimos comprados por Juárez en los Estados Unidos. Esto terminó con los planes de Miramón de acabar con las acciones de Veracruz con el gobierno de Juárez.
Miramón fue derrotado, el 22 de diciembre de 1860, en la Batalla de Calpulalpan, por las fuerzas del general Jesús Gonzáles, quien tenía a su mando a generales de la talla del joven Ignacio Zaragoza, dando fin a la Guerra de Reforma (1858-1861). Miramón renunció a la presidencia y abandonó el país, dirigiéndose a La Habana, Cuba.
En diciembre de 1860 Benito Juárez impuso una moratoria de dos años al pago de los préstamos europeos.
Iniciando 1861 Juárez tomó posesión de la capital de la nación y de su tesorería vacía, desconociendo los tratos entre conservadores y las bancas europeas; y el 17 de julio de 1861 anuncia una ley que suspende los planes de pago acordados con las potencias europeas. Por lo que el 25 de julio de 1861, en respuesta a la moratoria en el pago de los préstamos, Gran Bretaña y Francia suspendieron las relaciones diplomáticas con México.
El 31 de octubre de 1861 Gran Bretaña, Francia y España firman el Tratado de Londres, con el que se convenía que estos países ocuparan posiciones estratégicas de las costas mexicanas, se protegiera a sus compatriotas y propiedades; comprometiéndose a no buscar ventajas ni interferir en los asuntos internos de México; una comisión mixta tendría autoridad para disponer de cualquier dinero recobrado en México; y Estados Unidos sería invitado a participar en la intervención, sin aplazarse las operaciones en espera de su respuesta.
Con respecto a este último punto diversos ciudadanos estadounidenses también habían padecido perjuicios financieros y personales en México, sin embargo, Tomás Corwin, embajador de Estados Unidos en México, notificó al gobierno mexicano que, estas demandas se presentarían a su debido tiempo.
Para William Henry Seward, secretario de Estado republicano, era muy importante para Estados Unidos que México conservase su soberanía. En la respuesta de Seward a las potencias europeas, en diciembre de 1861, escribió queMéxico era una república hermana del continente americano, hacia la cual Estados Unidos mantenía sentimientos de buena voluntad. En esta misma carta Seward afirmaba que Corwin había sido autorizado para concertar un convenio con México, esperaba así evitar la necesidad de una intervención.
Por otra parte, estaba dispuesto, a ir a la guerra en el caso de que Francia o Gran Bretaña dieran su reconocimiento a la Confederación, ya que esto pondría en jaque la eventual victoria de la Unión.
Jean Pierre Isidore Alphonse Dubois de Saligny fue un diplomático y político nacido en Caen, Francia, fue embajador de la República de Texas, en 1836, entre otros lugares, además desertificación premiado con la Orden de San Gregorio el Grande por el papa Gregorio XVI. El emperador Napoleón III designó 15 de marzo de 1860, a Dubois de Saligny como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario y para administrar la Legación en México.
Participó así en la segunda intervención francesa junto al general Conde de Lorencez y al general Juan Nepomuceno Almonte Ramírez , entre otros, exigiendo al ministro de Relaciones Exteriores, general Manuel Doblado el pago inmediato de la deuda.
Dubois de Saligny exigió una exorbitante suma de 12,000,000 de dólares para compensar las reclamaciones reconocidas previamente por México en tratados y convenios, e incluyó un cobro exagerado por parte de la casa Jecker por 15,000,000 de dólares, de los cuales, México había recibido menos de un millón, y tener un control absoluto de las aduanas. Ello impedía llegar a un arreglo con el gobierno de Juárez.
Esto suscitó una disputa entre los poderes de la triple alianza, acordándose detener la presentación conjunta de reclamaciones hasta recibir instrucciones de sus respectivos gobiernos.
El vicealmirante Jurien de la Gravière recibió, en noviembre de 1861, órdenes de Napoleón III para ocupar los puertos mexicanos, confiscando los ingresos aduanales. Las tropas francesas podrían tener que avanzar sobre la Ciudad de México si fuera necesario. Recibió instrucciones secretas con el fin de incitar a los conservadores monárquicos a convocar una asamblea que exigiera una monarquía, solicitando la ayuda europea.
La Convención de La Soledad, llevada a cabo entre las fuerzas expedicionarias fue firmada el 19 de febrero de 1862, acordada por el general Juan Prim y Prats, conde de Reus, catalán, masón liberal, destacado militar y político; cuya esposa Francisca de Agüero y González fue una acaudalada mexicana. La convención reconoció al gobierno juarista y confirmó que la expedición aliada no tenía interés en interferir con el poder gobernante en México.
Juárez ratificó la convención de Soledad el 23 de febrero de 1862 iniciándose las negociaciones. Gran Bretaña estuvo representada por Sir Charles Wyke, España por el general Prim y Francia por Dubois de Saligny y el vicealmirante Jurien de la Gravière. Gran Bretaña continuó manteniendo un enfoque no intervencionista. Francia seguiría su propia agenda independiente de Gran Bretaña y España. El general Prim escribió a Napoleón informándole que no podía apoyar los planes para crear una monarquía en México. La alianza tripartita colapsó. Se llevaron a cabo negociaciones de paz por separado entre México, España y Gran Bretaña.
Francia traicionó los acuerdos de la alianza europea y se negó a concertar negociaciones dentro de los hábiles esfuerzos diplomáticos de México. Jurien de la Gravière fue destituido del mando de la fuerza francesa por su aceptación de la Convención de Soledad, asumiendo el mando expedicionario el general de Lorencez. De la Gravière permaneció al mando de la división naval.
Paralelamente llegaban a Veracruz los conservadores que propugnaban por una monarquía dirigida por el archiduque Maximiliano de Austria. Córdoba, Orizaba y Tehuacán, fueron ocupadas por tropas aliadas en marzo de 1862.
Las fuerzas españolas e inglesas se retiraron, quedando únicamente las francesas.
El ejército francés, de Córdoba pasó a ocupar Orizaba el 18 de abril. El primer enfrentamiento militar ocurre en Fortín el 19 de abril de 1862, resultando en la muerte cinco soldados mexicanos. Francia declaró la guerra a México el 20 de abril de 1862.
Francia diseño su estrategia de guerra bajo el supuesto de que se le sumarían las fuerzas militares conservadoras a las que en el fondo despreciaban, sin dar crédito suficiente al ataque constante de las guerrillas republicanas.
Almonte se proclamó “salvador de México”, dándose así inicio al avance militar hacia la ciudad de México.
Sin embargo, no fue sino hasta el 28 de mayo de 1864 cuando Maximiliano y Carlota llegaron al puerto de Veracruz y se estableció el llamado Segundo Imperio Mexicano (1864-1867). Mucha historia se escribió antes de su llegada.
Rodolfo Ondarza*. Neurocirujano, activista en defensa de DDHH, Presidente de la Comisión de Salud durante la VI Legislatura de la ALDF, por mayoría relativa del Partido del Trabajo, México. Periodista. Miembro de la Academia de Geopolítica y Estrategia. Ex Candidato a la presidencia de la CNDH.