Aún es tiempo

**Paralaje.

/ Liébano Sáenz /

Los factores de poder y quienes tenemos el privilegio de un espacio público de opinión, tenemos una responsabilidad en el ejercicio de escrutinio al gobernante. Es incómodo, a veces ingrato, pero es indispensable hacerlo. Se trata de expresar desde la perspectiva propia, que no necesariamente es la válida, mucho menos infalible, lo que se cree sobre temas relevantes.

De forma más amplia, analizar el entorno, el presente y las señales del futuro, se vuelve necesario para todos, lo mismo el ciudadano común que el empresariado nacional, las grandes corporaciones y, particularmente, los representantes gremiales. Que la sociedad exprese una postura pública diferenciada a la del poder es fundamental en cualquier democracia. La tesis de que los gobiernos son transitorios no debe servir de pretexto para abdicar de la responsabilidad que reclaman momentos como los que vivimos.

Cierto, el debate público sobre temas trascendentes es desigual y a veces monólogo. Pero, así como el presidente López Obrador tiene el derecho de proponer y luchar con todo para hacer prevalecer su visión, la oposición, los ciudadanos y los empresarios tenemos la obligación y el derecho también de replicar. Cuando lo que se juega es el rumbo del país, siempre será obligado el pronunciamiento claro, preciso, razonado y oportuno.

Un ejemplo del necesario debate es la iniciativa presidencial de reforma eléctrica. Somos muchos los que creemos, con información sólida, que la propuesta del mandatario es contraria al interés del país y a los objetivos que él mismo pretende. Sin embargo, en la mayoría de la población no hay conocimiento de posturas distintas a las del gobierno y en buena parte, sucede por la omisión de aquellos que no compartimos la propuesta presidencial

La ausencia pública de la representación empresarial en este debate puede ser que se deba a la confianza de que la oposición legislativa frene la reforma constitucional. La realidad es que el bloque opositor está fracturado y que es posible que el presidente cuente con los votos que necesita, no por las bondades de lo que se propone, sino por el miedo o el oportunismo de algunos legisladores. Aún es tiempo de actuar.