Las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos atraviesan una nueva fase de tensión geopolítica, marcada por movimientos militares y señales diplomáticas que han encendido las alertas en la región.
29.10.2025.- En los últimos días, un avión de carga ruso Ilyushin Il-76, vinculado a la compañía Aviacom Zitotrans —sancionada por Washington por presunto transporte de armas y mercenarios— aterrizó en Caracas, en una ruta que incluyó escalas en La Habana y Managua.
El hecho ocurre mientras Estados Unidos incrementa su despliegue naval y aéreo frente a las costas venezolanas, en lo que analistas interpretan como una respuesta directa a la creciente cooperación militar entre Rusia y los gobiernos latinoamericanos aliados.
El Il-76, uno de los aviones de carga más grandes del mundo, con capacidad para transportar hasta 50 toneladas, llegó a Venezuela tras un extenso recorrido desde Rusia, pasando por países como Armenia, Argelia, Marruecos, Senegal y Mauritania.
Su presencia en Caracas ha sido interpretada como un gesto de respaldo estratégico por parte del Kremlin, en un momento en que el gobierno de Nicolás Maduro enfrenta presiones internacionales por sus vínculos con Moscú y por el deterioro de las condiciones democráticas en el país.
En paralelo, el Pentágono ha confirmado el aumento de patrullajes aéreos y navales en el Caribe, con énfasis en las rutas marítimas cercanas a Venezuela. Fuentes militares estadounidenses han señalado que el objetivo es “garantizar la seguridad regional y monitorear actividades sospechosas”, aunque no han especificado si se trata de una operación directa contra el gobierno venezolano. El despliegue incluye unidades de la Armada y aeronaves de reconocimiento, en coordinación con aliados como Colombia y República Dominicana.
Este nuevo episodio se suma a una serie de tensiones acumuladas desde el inicio de la guerra en Ucrania, cuando Venezuela expresó su respaldo político a Rusia. Desde entonces, se han intensificado los intercambios diplomáticos y logísticos entre Caracas y Moscú, incluyendo visitas de delegaciones militares y acuerdos de cooperación en defensa aérea.
Organismos internacionales han expresado preocupación por la escalada. La Organización de Estados Americanos (OEA) ha pedido transparencia sobre los vuelos militares en la región, mientras que el gobierno de Estados Unidos ha reiterado que “no tolerará actividades que amenacen la estabilidad hemisférica”.
Por su parte, el gobierno venezolano no ha emitido declaraciones oficiales sobre el aterrizaje del avión ruso, aunque medios estatales han difundido imágenes del Il-76 en el aeropuerto de Maiquetía, destacando su capacidad logística y su rol en “misiones de cooperación internacional”.
La situación plantea interrogantes sobre el equilibrio de poder en América Latina y sobre el papel que jugarán actores externos como Rusia y Estados Unidos en los próximos meses. Mientras tanto, la población venezolana observa con cautela el desarrollo de estos acontecimientos, en un contexto marcado por la crisis económica, la migración masiva y la incertidumbre política.
Fuentes: Agencias Foto redes












