Bangladesh condena a muerte a Sheikh Hasina y exige su extradición a India .

*La ex primera ministra fue declarada culpable de crímenes de lesa humanidad por la represión de las protestas de 2024. El fallo, emitido en ausencia de la acusada, reaviva una crisis política que sacude al país en vísperas de elecciones legislativas.

17.11.2025.- Daca, La tensión política en Bangladesh escaló de forma abrupta este lunes tras conocerse la sentencia del Tribunal Internacional de Crímenes, que condenó a muerte a la ex primera ministra Sheikh Hasina por su responsabilidad en la represión de las manifestaciones antigubernamentales del verano de 2024. Las protestas, que exigían su renuncia tras quince años en el poder, dejaron más de 1,400 muertos, en su mayoría civiles, según cifras de Naciones Unidas.

El juez Golam Mortuza Mozumder, al frente del proceso, calificó los hechos como crímenes contra la humanidad y dictó la pena capital en un tribunal de alta seguridad en la capital, Daca. Hasina, de 78 años, no estuvo presente en el juicio, ya que abandonó el país en helicóptero rumbo a India durante el colapso de su gobierno. También fue condenado a muerte su ex ministro del Interior, Asaduzzaman Khan Kamal, quien permanece refugiado en territorio indio.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Bangladesh solicitó formalmente a Nueva Delhi la entrega inmediata de ambos exfuncionarios. La respuesta del gobierno indio fue breve y sin compromisos: “India ha tomado nota del veredicto pronunciado”. La falta de una postura clara por parte de India complica la ejecución de la sentencia, que solo podría ser apelada si Hasina se presenta ante la justicia en los próximos treinta días.

La condena se produce en un contexto de creciente agitación interna. Con elecciones legislativas previstas en tres meses, Bangladesh enfrenta una ola de paros, restricciones políticas y episodios de violencia que han debilitado aún más la estabilidad institucional. El fallo contra Hasina, quien gobernó el país durante tres mandatos consecutivos, marca un punto de inflexión en la historia reciente de la nación asiática, que cuenta con más de 170 millones de habitantes.

El juicio, que se extendió por cinco meses, fue seguido de cerca por organismos internacionales y agrupaciones de derechos humanos. Aunque algunos sectores celebran la decisión como un acto de justicia, otros advierten que la polarización política y la falta de garantías procesales podrían agravar la crisis.

La figura de Hasina, que durante años fue vista como símbolo de estabilidad y crecimiento económico, queda ahora asociada a uno de los episodios más oscuros de la historia contemporánea de Bangladesh. Mientras tanto, el país se prepara para una contienda electoral marcada por la incertidumbre, el descontento social y la sombra de una condena que aún podría quedar sin ejecución.