*Cerca de 13 millones de peregrinos y peregrinas abarrotan la Basílica en el 494 aniversario guadalupano.
12.12.2025. Ciudad de México,.- El aire se colma de devoción y fe. A las puertas de la Basílica de Guadalupe, familias enteras se acomodan sobre cartones, ciclistas con las rodillas vendadas descansan tras jornadas de más de 200 kilómetros, niñas y niños durmieron abrazados a estandartes improvisados, mientras sus madres velaron su sueño. Foto El Universal.
Según cifras oficiales, más de 13 millones de personas ha llegado al Tepeyac para conmemorar el 494 aniversario de la aparición de la Virgen, en un movimiento humano que desborda avenidas y transforma la alcaldía Gustavo A. Madero en un campamento de fe y esperanza.
El flujo comenzó días antes cuando peregrinos de Puebla, Hidalgo, Veracruz y Michoacán emprendieron su camino durante horas bajo el sol, algunos cargando imágenes de la Virgen Morena en la espalda.
La noche del 11, el atrio se convirtió en un coro multitudinario. A medianoche, las Mañanitas resonaron con miles de voces, mientras las veladoras dibujaban un resplandor que competía con las luces de la ciudad. El operativo desplegado por el gobierno incluyó a más de 20 mil servidores públicos que buscan mantener saldo blanco, pese a la magnitud del evento.
La escena es de contrastes. Jóvenes que transmiten en vivo desde sus teléfonos, personas mayores que avanzan de rodillas hasta el altar, comerciantes y personas con mandas que ofrecen, pan, tamales y café a los peregrinos exhaustos.
La devoción se mezcla con la sobrevivencia cotidiana. El Tepeyac se convierte en símbolo de identidad y resistencia cultural, recordando la aparición de 1531 que dio origen a una de las tradiciones más arraigadas del país y que unio a dos razas.
La capital está viviendo una de las concentraciones religiosas más grandes del continente con motivo del 494 aniversario de la aparición de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac, en un flujo constante que transformó la alcaldía Gustavo A. Madero en un mar de fe, veladoras y estandartes.
La noche del 11, las calles se llenaron de cantos y rezos, y a la medianoche miles de voces entonaron las tradicionales Mañanitas a la Virgen Morena, acompañadas por agrupaciones musicales y coros comunitarios.
El operativo desplegado por las autoridades cuenta con módulos de atención médica, hidratación y seguridad. Las avenidas principales permanecen cerradas y el tránsito se ha desviadi para permitir el acceso de los peregrinos, que en muchos casos llegaron de rodillas hasta el atrio de la Basílica.
La Basílica, considerada el santuario mariano más visitado del mundo, por encima del vaticano, volvió a ser epicentro de la devoción guadalupana.
Los peregrinos cargan en sus manos y espaldas ofrendas, flores y cuadros, reafirmando la vigencia de una tradición que cada diciembre convoca a millones y que este año alcanzó cifras récord.
El Tepeyac se convirtió nuevamente en símbolo de identidad y fervor colectivo. La jornada de 2025 quedará inscrita como una de las más multitudinarias en la memoria guadalupana, donde la fe, la historia y la cultura se entrelazaron en un mismo espacio.












