Matices Políticos.
Por Valeria Marcial.
¿Por qué tanta indolencia?
Es una crueldad, una masacre a cuenta gotas, el modo en que se mata en algunos hospitales de Veracruz a los bebés de madres con VIH y se mata a las mujeres por no brindarles atención oportuna. Se mata en vida a esas mujeres cuya única culpa fue haber contraído VIH-SIDA, que en muchas ocasiones fueron contagiadas por sus parejas en matrimonio.
Este domingo la Red Mexicana de Organizaciones en Contra de la Criminalización del VIH alertó sobre la posible deficiencia de medicamentos antirretrovirales, debido a que no se ha realizado la compra oportuna y licitación de parte del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (INSABI).
La experiencia ya se tuvo en 2019 y 2020 cuando faltaron varias claves de antirretrovirales en hospitales del IMSS, ISSSTE y Pemex, pero en los CAPASITS se tenía medicinas, sin embargo este 2021 no se ha hecho la licitación general para surtir las recetas de las más de 265 mil personas en todo el país que dependen de los tratamientos antirretrovirales. Por lo que el desabasto podría ser masivo.
El problema de salud y la deficiente atención hospitalaria a pacientes con VIH-SIDA es un secreto a voces. Si bien no es masiva la discriminación, hay que resaltar que las mujeres durante el embarazo, en su mayoría, han sido violentadas y discriminadas en clínicas.
Los pacientes con VIH reciben atención en CAPASITS pero cuando se trata de procedimientos por embarazo, el protocolo de salud marca que debe realizársele cesárea, (desafortunadamente) los médicos deciden no practicar la cesárea porque es muy cara y como de cualquier modo nacerán “sidosos”, les es negada la atención, obligándolas a parir vía vaginal. Cabe hacer mención que hay más riesgo de que el bebé contraiga VIH si la mujer da a luz por la vía vaginal.
A las mujeres embarazadas durante la labor de parto y después, no las acompañan o asisten, no les cambian el pañal o realizan las curaciones con cuidado. Además son señaladas entre las mujeres que están en labor de parto y etiquetadas. Médicos, doctoras, enfermeros y enfermeras así como camilleros y demás personal, las regañan y ofenden, estigmatizándolas.
Las palabras que aquí expresaré en las siguientes líneas son mínimas en comparación al tono, gestos, actitudes y acciones que ocurren en los hospitales de Veracruz y Poza Rica, cuyo comportamiento de desprecio y discriminación, es repetitivo contra las mujeres en el área de ginecología.
“¿Para qué te embarazas?”, “De cualquier modo tu hijo va a nacer sidoso”, “¡Parecen perras!”, “¡Eres una puta”, “¡De cualquier modo te vas a morir!”, “¡Irresponsable”, “De de cualquier modo vas a dejar a tu hijo –hija huérfana”, sólo por mencionar frases y no describir la violencia física durante la revisión a la mujer.
Lamento el lenguaje soez, ruego usted apreciable lector me disculpe, desafortunadamente es una realidad que debe ser expuesta y que debe de parar en los hospitales y clínicas de cualquier nivel en este país. Basta de agresiones a las mujeres en el área de Ginecología y Obstetricia.
La situación se agrava durante la pandemia. Las embarazadas que no tienen Seguridad Social y deben recurrir a una Hospital Regional perteneciente al sector salud, se quedan a parir en su casa, sin la asistencia y ayuda médica, algunas han muerto en la clandestinidad. Nos faltan ellas. #NiUnaMás #NiUnaMenos
Las cifras de VIH-SIDA en Veracruz.
Del año 1983 a 2020 Veracruz tiene 30 mil casos aculados de VIH, aportando el 10 por ciento a nivel nacional. El 25 por ciento son mujeres, siendo el estado con más mujeres con VIH-SIDA a nivel nacional.
En 2020 se conocieron de mil 900 nuevos casos de hombres y mujeres ocupando también el primer lugar, aportando el 14 por ciento de los nuevos casos detectados en todo el territorio mexicano.
También Veracruz es el segundo lugar con mujeres embarazadas con VIH y, el estado donde ocurren más muertes de mujeres con VIH durante el embarazo. Segundo lugar en niños que nacen con VIH.
Los dos hospitales donde se ha detectado un comportamiento repetitivo de discriminación son Poza Rica y el puerto de Veracruz, por lo que la Red trabaja en la presentación de denuncias ante Derechos Humanos y otras instancias, me platicó la activista, la doctora Paty Ponce.
Ante la indolencia, tendrán que salir a las calles a rogar al gobierno federal que compre medicamentos antirretrovirales, toda vez que no son nada baratos y son controlados. Ante los abusos queda alzar la voz para que no se repita.
¿Qué necesidad de exponerlos, castigarlos y arrojarlos aún más al sufrimiento?
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