*La mano de Beatriz se percibe en la confrontación con todo el gobierno español.
/ Mario Maldonado/
Sopesar la influencia que Beatriz Gutiérrez Müller, la (no) primera dama del país, tiene sobre el presidente Andrés Manuel López Obrador, es fundamental para entender los hechos de las dos últimas semanas, con un titular del Ejecutivo molesto y visceral.
La revelación de la vida de lujo que su hijo mayor, José Ramón López Beltrán, tiene con su pareja, Carolyn Adams, en Houston, Texas, pudo haberse quedado en un devastador golpe al discurso de austeridad, justicia social y anticorrupción del Presidente, pero pasó al plano emocional cuando en las redes sociales apareció una imagen en la que el hijo menor del presidente, Jesús Ernesto, aparecía bailando en la casa que habitaba su hermano mayor.
De manera irresponsable, algún familiar o amistad que participó en reuniones en esa casa hizo público el video del menor de edad, lo que, como ya ha sucedido en ocasiones pasadas, despertó la furia de la esposa del Presidente, quien dedicó posteriormente una conferencia de prensa para atacar y retar al periodista que hizo público el reportaje, Carlos Loret de Mola.
La mano de Beatriz en la furibunda reacción de AMLO se percibe también con el tema que el Presidente eligió para cerrar el asunto de la opulencia de su hijo y pasar a un nuevo capítulo de confrontación, esta vez no sólo con las empresas ibéricas, sino con todo el gobierno español en su conjunto.
Fue Gutiérrez Müller la artífice de las cartas que el gobierno mexicano envió a la Corona y al Estado español, con el objetivo de que pidieran perdón al pueblo mexicano por los abusos cometidos durante la Conquista.
También es sabido que la pareja presidencial responsabilizó directamente a Marcelo Ebrard por la filtración de esos textos, situación que tensó en su momento la relación del Presidente con su canciller, lo que se ha convertido también en un obstáculo insalvable para poder aspirar a una candidatura en 2024.
Además de su doctorado en Teoría Literaria por la Universidad Autónoma Metropolitana, Beatriz Gutiérrez Müller tiene una maestría en Letras Iberoamericanas por la misma institución, de la que se tituló con una tesis sobre el arte de la memoria en la Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España. Esto parece no ser una coincidencia.
También es Licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana de Puebla, de donde se tituló con una tesis sobre la regulación de los medios de comunicación en las leyes electorales federales. Este último, coincidentemente, es otro de los temas que ha estado en la agenda política durante la actual administración.
Actualmente tiene una plaza de investigadora en el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la universidad pública de su entidad natal, que también pretende controlar, según fuentes de primer nivel en el estado, a través de la también académica Guadalupe Grajales, quien se ha desempeñado como secretaria general de la institución.
En días pasados se señaló que Beatriz Gutiérrez Müller estaba detrás de las movilizaciones que realizaba un grupo de estudiantes de la universidad para regresar a clases presenciales, luego de que la rectora Lilia Cedillo anunciara que el proceso se realizaría gradualmente. El control de la BUAP sería apenas el primer paso para saltar a objetivos más ambiciosos, entre los que se encuentra la posibilidad de gobernar la entidad que encabeza Luis Miguel Barbosa.
