Bloqueo de creatividad: amarillismo, clichés y procrastinación

* Minuto –

/ Mar Levet /

Después de un extenso tiempo sabático, me vi envuelta en un bloqueo creativo que, a cualquier pintor, músico y sobre todo escritor le ha sucedido al menos una vez en el momento en el que la creación inicia. Explico enseguida lo que se define como bloqueo creativo: cuando mi sistema disminuye la presión arterial es cuando me siento temerosa y nerviosa. Es una paranoia que me hace pensar lo peor que pueda pasar en los más catastróficos y derrotistas escenarios posibles, que por lo general -y por fortuna-, no suceden.
Si tomo vitaminas y me alimento disciplinadamente, se calma esa, llamémosla paranoia, que me impide relatar con elocuencia lo que sea que quiero comunicar.
Yo soy responsable de cuidar ese sistema que me corresponde, es decir, mi cuerpo.
Si mi presión arterial tiene niveles bajos es porque algo hice o, algo olvidé hacer que es bueno (y necesario) para mi salud integral. Pero también me impongo la norma de escribir todos los días y buscando ofrecer algo positivo… y evitar procrastinar (aunque en esto fallo de repente).
La palabra “amarillismo” proviene de la prensa amarilla, y se originó en Estados Unidos a fines del siglo XIX para describir a los periódicos que publicaban noticias exageradas con el fin de aumentar sus ventas.
Uno de los ejemplos más famosos de este tipo de prensa fue el periódico New York World de Joseph Pulitzer, que utilizó el color amarillo en sus titulares. Desde esa época, el término se ha utilizado para describir cualquier tipo de periodismo sensacionalista, independientemente del color del papel o de la tinta utilizada.
Y, aparte de cuidar los hábitos alimenticios también están los de lectura.
En Xalapa existen portales de noticias que contienen información que no es precisamente relevante. Pero aparte de no tener relevancia, crean un desánimo y llegan a caer en lo grotesco. Esto no sucede sólo en nuestra ciudad sino en todo el país y me atrevo a decir que en todo el mundo.
No veo cómo informar que un muchacho que salió erráticamente desnudo a las calles en Tulum por supuestamente haber consumido fentanilo, aporta al conocimiento global algo positivo. Y todavía publican un video de la vergonzosa situación en X (antes Twitter). Esa nota fue de un portal nacional que me deprimió extremadamente.
Y luego, un medio local difundió la noticia de un can que fue atropellado y como consecuencia se le salieron los ojos. ¿A quién le interesa ver a un pobre perrito con los ojos de fuera? No es una fotografía amena ni útil para nada ni nadie.
Los reporteros de guerra han visto tanto como los soldados que van a luchar y regresan vivos, y lo replican en sus agencias para que lo mire todo el mundo. Son las noticias sensacionalistas de esa prensa amarilla que tiene millones de lectores o auditores. Y yo me pregunto cómo ver los horrores de la guerra puede servir a cualquier ser humano.
Por eso es que muchas veces pienso dos veces antes de publicar algo, porque siempre queda pendiente la duda de si servirá para algo más que mi expresión… Confío con optimismo que así es, que sí sirve de algo más.

Instargram: @marger.deleon

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