* La comunidad internacional que se pronunció sin analizar la situación no reconsiderarán su posición pese a las evidencias por temor a quedar en ridículos
27.06.2024. Ciudad de México.- Posterior a la confesión del General Juan José Zuñiga, supuesto Militar golpista, de que fue el Presidente Luis Arce quien urdió el autogolpe Bolivia, el Gobierno de ese país ha salido a negar la versión de quien, sospechosamente se había retirado tras el encaramiento de Luis Arce a las puertas del Palacio Quemado, donde el Presidente de Bolivia regañó y le ordenó al ex comandante presuntamente sublevado se retirará de la Plaza Murillo con todo y sus tanquetas.
Lo sucedido en la víspera ha generado una serie de dudas razonables pues resultó una circunstancia totalmente irregular que contrasta con todos las actuaciones de Golpe de Estado en el mundo, no sólo en su país.
Sospechas que se fundan en acciones incongruentes con un golpe de Estado, como la actuación de dos de los ministros de Luis Arce que salen solos a golpear tanquetas y a encarar a soldados armados hasta los dientes que cercaron la sede del poder ejecutivo.
Extraño también que el general Zúñiga entre dos veces al Palacio quemado y salga sin exigir la renuncia de Luis Arce, quien enfrenta una circunstancia de múltiples crisis por razones de carácter sistémico.
Hechos que hacen ver un show perfectamente armado como acusan los actores políticos de Bolivia que hacen creíble la revelación del hoy preso mando militar Juan José Zúñiga, de que el un mandatario boliviano ordenó el autogolpe para restaurar su popularidad perdida rumbo a una reelección y enfrentarse al primer gobernante indígena de Bolivia como el ex presidente como Evo Morales.
Un efecto mediático tal que será difícil que la comunidad internacional (con excepción de EEUUU) la acepte y retire su apoyo “incondicional a quien señalan de auto golpista, pues organizaciones y países se fueron con el cuento y no aceptarán la verdad de lo ocurrido en la tarde del miércoles, cuando al mando de tanques y soldados armados el General Juan José Zúñiga, el destituido comandante general de las Fuerzas Armadas, tomó por asalto el palacio presidencial en La Paz, presuntamente en un intento de Golpe de Estado.
Preferirán dicen los analistas cuestionados por este medio, seguir apuntalando que fue un golpe fallido como dice el gobierno y no un autogolpe como denuncian otros sectores políticos por temor a quedar en ridículo. S´polo Estados Unidos de Norteamérica no se pronunció ante lo que se considera un engaño de Luis Arce.
Justo a las puertas del principal cuartel de las Fuerzas Armadas en La Paz, Zuñiga confesaba a los medios que el propio presidente Arce le había encargado “hacer algo” para levantar la popularidad del mandatario afectada por una crisis económica y política y un rechazo social cada día más evidente.
El gobierno de Bolivia desestimó las acusaciones del general Juan José Zúñiga de que la movilización militar que se registró el miércoles haya sido provocada desde el interior para levantar la popularidad del presidente Arce.
La ministra de la Presidencia María Nela Prada asegura que es una idea falsa, inconcebible y temeraria y negó las afirmaciones del general Juan José Zúñiga, “Todo se origina en la decisión de cambiar a Zúñiga. El objetivo era dar un golpe al gobierno”, sostuvo Nela Prada.
El gabinete del expresidente y su incondicional ministra de la Presidencia rechazaron las versiones de Zúñiga de un supuesto autogolpe y hasta intentaron victimizarlo. “Buscaban descabezar al gobierno y atentar contra el mandatario”, aseveró la brazo derecho de Arce.
Por su parte el presidente en funciones Luis Arce, acusado de autogolpe de Estado, declaró ayer que se trató de “un intento de golpe de Estado por militares que están manchando el uniforme, que están atentando contra nuestra Constitución”.
“Deploramos actitudes de malos militares que lamentablemente repiten la historia tratando de hacer un golpe de Estado cuando el pueblo boliviano siempre ha sido un pueblo democrático”, señaló momentos antes de salir al balcón del palacio de Gobierno con su séquito de ministros a agradecer la aclamación de un nutrido grupo de simpatizantes concentrados en la Plaza Murillo.
En una conferencia la ministra Maria Nela Prada informó que las investigaciones están en curso para determinar a “otros autores de este golpe fallido” y leyó una supuesta declaración de Zúñiga ante la policía tras su arresto de éste.
Según la ministra cercana a Luis Arce el “alzamiento armado fracasó porque las unidades militares tardaron en llegar”.
La oposición boliviana, consideran que fue en realidad un “autogolpe”, como el propio mando militar encarcelado reveló.
“Esto ha sido un montaje, él (general Zúñiga) cumplió el guion que le han mandado hacer, ya se empezó a desmantelar. Había mucha incredulidad, querían darle mayor narrativa con la detención en vivo y él dice que sólo ha hecho” lo que le mandaron hacer, dijo Carlos Romero, exministro de Gobierno del expresidente Evo Morales a la televisora Red Uno.
“Es sorprendente que pese al movimiento de un fuerte contingente militar en el kilómetro cero (como se conoce a la plaza Murillo de La Paz, frente a la que están el Palacio de Gobierno y el Congreso) no haya habido ninguna reacción de la policía”, sostuvo por su parte el senador Luis Flores, del Movimiento al Socialismo (MAS), al que pertenecen Morales y Arce.
El exmandatario centrista Carlos Mesa (2003-2005) indicó en la red X que la movilización militar “se parece a un sainete”. Recordó la acusación de Zúñiga de un preacuerdo con Arce y demandó una investigación para que se aclare todo lo que sucedido.
Analistas en Bolivia señalan una serie de “incongruencias” en lo ocurrido como la pasividad del presidente Arce frente a la insubordinación del general Zúñiga, a quien él mismo había nombrado este año y era considerado uno de sus hombres de confianza.
“El gobierno de Arce logró ayer un gran respaldo internacional, cohesionó a los sindicatos que lo respaldan y logró respaldo incluso de los opositores, pero todo se está disipando y a estas alturas el supuesto golpe militar ha perdido sustento y credibilidad en las calles”, comentó el analista político Franklin Pareja. “Quizá el gobierno busca endurecerse para afrontar la situación social que puede tornarse complicada”, acotó.