Borges, conferencista .

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/ Juan José Barrientos /

En Borges por Piglia,  se echan los reflectores sobre algunos algunos aspectos de Borges que no habían sido atendidos o se tiende a olvidar.

Por ejemplo, Piglia recuerda que Borges trabajó, que se ganaba la vida, que “Hizo periodismo, dirigió el suplemento cultural de  Crítica… tuvo a su cargo una sección en la revista El Hogar …Y allí hizo algo único, hablaba de Faulkner, por ejemplo, hablaba de El sonido y la furia y de ¡Absalón, Absalón¡ en 1936, cuando los norteamericanos no lo habían descubierto, no lo apreciaban todavía. Sartre empezó a hablar de Faulker en 1947”.

Borges además escribió en otras revistas, en una revista que se llamaba Azul; dirigió la revista del subte de Buenos Aires. Y aún hay que investigar y buscar muchas publicaciones suyas porque publicaba en cualquier revistita donde le pagaran un poco…Y siempre lo hacía con el mismo estilo, de modo que se podrían poner esos textos en sus Obras completas y nadie objetaría.

Después, hizo traducciones, hizo antologías, escribió prólogos, hizo colecciones, dio conferencias en pueblitos diversos, dio conferencias por todas partes, tomaba el tren, se bajaba en un pueblo, iba al hotel, lo recibía la comisión de cultura, daba una conferencia sobre Chesterton, después lo llevaban a cenar, de vuelta al hotelito, para dormir y levantarse al día siguiente para tomar el tren, y volver a casa. Y le pagaban algo, de eso vivía.

Anota en otra parte que Borges empezó a dar conferencias en 1946, cuando perdió su empleo en una biblioteca, porque lo echaron los peronistas, es decir que se quedó sin trabajo y empezó a dar conferencias, y tuvo mucho éxito.

Asegura que le debe su éxito como conferencista al peronismo, que lo impulsó al dejarlo sin empleo… Y se lo debe además a Estela Canto, “la mujer a la que le dedicó “El Aleph” y uno de los grandes amores de su vida”, pues ella le sugirió sicoanalizarse.

Borges “era incapaz de hablar en público, era tan tímido que sus conferencias las leía otra persona”; el sicoanálisis le sirvió, porque empezó a dar conferencias y creo un estilo de conferencia excepcional, porque  “encontró un tono único, una manera de dar conferencias muy conversacional”.

Posteriormente, obtuvo un puesto como conferencista en el Colegio Libre de Estudios Superiores, una institución creada por los opositores al peronismo, con el modelo del College de France y El Colegio de México y que Perón luego cerró.

“Sus conferencias se publicaron con el título de Ars poética y eran los eventos más multitudinarios que se puedan imaginar. Fue a Dinamarca, a Brasil y estuvo en el ciclo de conferencias Norton, de Harvard, en 1967, que son el punto más alto al que se pueda aspirar”

[1] Borges por Piglia. Buenos Aires: Eterna cadencia, 2024.