BORRADO DE ODIO .

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/ Estela Casados González/

Tal como es mi costumbre desde hace más de diez años, el primer día de cada mes preparo la reunión de trabajo que tendré con el equipo del Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres. Desde la Universidad Veracruzana informamos sobre el comportamiento mensual y anual que tienen los delitos de feminicidio, desaparición, homicidio y agresiones contra mujeres en Veracruz.

Parte de la metodología de trabajo consiste en revisar, sistematizar y analizar los boletines emitidos por la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas de Veracruz. Este primero de julio, en medio de los preparativos para la reunión con el equipo del Observatorio, una de las fichas de búsqueda atrapó de inmediato mi atención. Algo no cuadraba.

Pese a los años que llevo analizando esta información, mi cerebro tardó en precisar qué sucedía: no había correspondencia entre la imagen de la persona desaparecida que acompañaba a la ficha de búsqueda y su nombre. “Seguro se trata de una mujer trans”, pensé. Sentí que algo no marchaba bien cuando no encontré el ítem “Identidad de género”, el cual aparece en las fichas de búsqueda cuando se trata de personas trasngénero. Tampoco estaba el ítem correspondiente a “Sexo”.

Al menos desde 2019 he revisado los boletines que emite la Comisión y nunca había detectado esta clase de omisión en sus fichas de búsqueda. Esto es grave, pues se obvia la identidad de la persona, la cual puede darnos pistas de los riesgos que acompañan su desaparición. Cierto es que en muchas ocasiones la familia de la persona desaparecida se opone a que este tipo de información se difunda o no la precisa por desconocimiento o rechazo. Esto provoca que haya imprecisiones fatales en el levantamiento de un reporte que, de por sí, parte de una lógica binaria: donde sólo eres hombre o mujer.

Los restos mortales de Alexia fueron ubicados a las horas de haber sido emitido el reporte de su desaparición. La Fiscalía General de Veracruz informó que los hechos están siendo investigados como homicidio doloso. Observo la página institucional de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas de Veracruz y en la información pública del caso se especifica que Alexia era “No binario”. Es decir, aún después de haber sido asesinada, la Comisión continúa revictimizándola al no reconocer su identidad como mujer trans y las implicaciones que esto tuvo en su asesinato. Me pregunto si la Fiscalía parte desde del mismo principio revictimizante.

Comete un error quien diga que esto no es grave o que es una exageración. En América Latina, en promedio, la esperanza de vida de la población transgénero no va más allá de los 35 años de edad. Sin embargo, muchos hombres y mujeres trans están sobreviviendo con valentía al borramiento de odio que cotidianamente enfrentan, que es el mismo que ejerce mucha gente bajo el cobijo político de las instituciones.

Negar la identidad de las personas y, con ello, regatear sus derechos es criminal. La libertad y el reconocimiento de quienes somos no debería estar en cuestión. Lo que ha hecho la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas de Veracruz es reprobable. Paradójicamente ha entorpecido la búsqueda de una ciudadana. Hace comparsa al actuar reprobable y cotidiano de la Fiscalía, pues no imparte justicia con perspectiva de género cuando no da reconocimiento pleno a la identidad de las personas.

Reprobable es también la actitud de burla y escarnio de la gente que se regocija por el asesinato de una joven de 21 años, a quien aún después de su muerte se le continúa borrando con odio.

Publicado en el Diario de Xalapa el día Lunes 07 de julio del 2025.
Publicado en el Sol de México el día Martes 08 de julio del 2025.