BOXEO SABATINO INICIÓ ANTES Y FUERA DEL RING .

* CAFÉ DE MAÑANA.
/ Por José Luis Enríquez Ambell /
En diversos momentos de la historia las fotografías y pinturas del acontecer político muestran escenas que en lo visual hablan por sí solas.
Esas imágenes juegan un papel crucial en la percepción de los espectadores, y crean opinión en la ciudadanía como universo electoral con derecho a votar y ser votado.
Con mayor razón cuando se trata de fotografías cuidadosamente escenificadas, la representación resulta de mayor impacto, de ahí que el círculo cercano y cuidador de los pugilistas al cuadrilátero del próximo debate en Veracruz, habrán de maximizar talentos, pues el combate ha empezado desde fuera del ring.
Los manejadores recomiendan que mantengan los dientes apretados, el ceño fruncido, los bíceps abultados y listos en todo momento para soltar el mejor golpe que lleve a noquear al rival desde el primer round, de ahí que la pelea no empieza cuando suena la primer campanada sino desde antes de llegar al llamado cuadrilátero.
La política y el retrato como toda fotografía o imagen en todas las contiendas políticas – desde un enfoque deportivo – siempre están entrelazadas, e incluso desde las majestuosas pinturas del pasado hasta las épocas de fotos instantáneas, al final del día los equipos de candidatos buscan el beneficio para ellos, y los profesionales saben que un debate tampoco inicia cuando los conductores aparecen en el escenario preestablecido.
Quién se caliente fuera del ring – el sitio sede del debate sabatino – habrá de subir al cuadrilátero perdiendo, pues “no hay manual preestablecido para aprender y saber debatir, y mucho menos a debatir políticamente en donde tiene un peso mayor la pasión que la razón”.
De entrada está semana previa al debate, la candidata y los candidatos, duermen poco, quizá coman mal, descansen menos que otros días, porque también saben o deben saber que aún estando frente al público en los eventos, entienden que en ese  preciso momento deberían estar estudiando datos, propuestas, respuestas, entre otras tareas relativas ante los ataques,- que se vienen dando,- y cuidar la presión y tensión preliminar lleva a algunos a subir mermado al ring.
DE SOBREMESA
La presión con tensión a quien o quienes no cuenten con talentos necesarios para calmar toda la caldera ardiente de nervios para un debate, por más que lea sus tarjetas, las tache y corrija, haga prácticas de voz para mensaje o discurso, afine detalles para su entrada y despedida, ensayando y hasta exigiendo al equipo colaborador sean despiadados en el entrenamiento preliminar, nada es igual cuando llega el día del ansiado debate.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
Cuando lleguen al Auditorio del Museo de Antropología de Xalapa, estando en el escenario, la observación de miles o quizá millones, estando ante los ojos públicos de la medición visual y atentos a lo que va a decir, cómo lo va a decir, qué cara va a poner su adversario cuando le ataque, y qué responderá si lo atacan, ya  no hay tiempo de pensar, más que actuar con la cabeza fría y el corazón caliente, ante un tirano que en estos casos siempre se hace presente; “el tiempo del cronómetro y la logística”.
UN LECHERO LIGHT
El debate empieza antes de que inicie formalmente ante la vista de todos, y cuando en la escena en alguna candidata (o) se le empiecen a perder las tarjetas, tenga que improvisar, le pueden ganar los nervios, le ataquen, se enoje, responda, no se serene o controle, tendrá que pensar – si es que puede – en como deberá preparar el segundo debate, y haber si aún tiene tiempo de evitar un knockout definitivo, y casi sin ganas de que llegue el día 2 de junio, al estar perdido con anticipación.
¡ ES CUANTO !
José Luis Enríquez Ambell
enamjl62@gmail.com; enriquezambell@gmail.com