Buscando a Cristina .

/ Peniley Ramírez /

En el verano pasado, un contacto en la Fiscalía General de la República (FGR) le avisó a Alexis Weinberg que “la cosa se estaba calentando”. La “cosa” era un caso penal contra él, su padre Samuel, su socio Genaro García Luna, la esposa de éste, Cristina Pereyra, y otras 58 personas, acusadas de robar más de 600 millones de dólares al Estado mexicano.

Durante más de un año, Alexis tramitó una ciudadanía en Europa. Lo hizo a través de la familia de su madre, quien tiene parientes que vivieron en Portugal. En el otoño de 2022, me dijeron fuentes cercanas al caso, Alexis dejó su departamento en el Ritz Carlton de Miami. Se mudó a Marbella, en España, con su esposa y sus tres hijas.

En Estados Unidos, Cristina Pereyra hacía todo para que no la localizaran tres investigadores privados. Los abogados de México contrataron a los investigadores para localizarla e informarle que era una de las demandadas en un juicio civil en Miami. El juicio comenzó en 2021. México trata de recuperar más de 600 millones de dólares que los Weinberg ganaron en contratos con el gobierno. La demanda dice que pagaron 10.5 millones de dólares a García Luna por ayudarles a conseguir los contratos.

Los investigadores encontraron que, en 2013, Cristina obtuvo una licencia de conducir de Florida. Registró como su casa una mansión de tres millones de dólares, que encontré en 2014 y estaba a nombre de una empresa de los Weinberg. Allí, Cristina y Genaro vivieron cuatro años con sus hijos, sin pagar renta. En 2021, la licencia de conducir expiró y Cristina no tramitó una nueva.

Los investigadores encontraron que tenía una nueva dirección en California, y dos en Virginia. En 2021, la hija menor de los García Pereyra se graduó de licenciatura en Ciencia Política en la Universidad George Washington, en D.C. Antes, en Miami, estudió en el Miami Country Day School, uno de los colegios privados más caros de la ciudad, el mismo donde ahora asisten los hijos de Shakira y Gerard Piqué. Los Weinberg pagaron parte de sus colegiaturas.

Los investigadores no encontraron a Cristina ni a su hija en esas direcciones. Vigilaron. Las llamaron. Nada. En octubre de 2022, concluyeron: “(Cristina) activamente ha tomado medidas para esconder su localización”.

Entre enero y febrero el caso de Miami estaba parado, esperando una apelación. Cristina no podía ser notificada mientras siguiera ese proceso estancado. En las siguientes semanas, la vi muchas veces, en Nueva York. La vi sentada en la sala de juicio donde encontraron a García Luna culpable de narcotráfico. La vi comiendo en la cafetería, evadiendo a los periodistas y riendo con su hija y la defensa de su marido.

El 21 de febrero, un jurado en Nueva York encontró culpable a García Luna. Tres semanas después, Cristina apareció en el juicio de Miami, nombró a un abogado, se dio por enterada de la acusación en su contra -de cómplice de su marido- y pidió una extensión de tiempo para responder a la demanda.

Ahora, Cristina y los Weinberg tienen otro problema legal. Esta semana, la FGR anunció órdenes de aprehensión contra ella, sus familiares, parientes de García Luna, Samuel, Alexis Weinberg y colaboradores. El periodista Ciro Gómez Leyva publicó la lista de los acusados. Está Rosalba Tapia, secretaria de Samuel; Jorge Castilla, brazo derecho de los Weinberg para cerrar contratos, y su contador, Héctor Carrasco. Está Vanesa Pedraza, quien trabajó para el gobierno y los Weinberg al mismo tiempo; varios contadores panameños, que administraban empresas con las que movieron el dinero desde México a Miami, vía Panamá.

Horas después del anuncio de la FGR, Samuel y Alexis Weinberg publicaron un comunicado. Dijeron lo que han dicho en Florida, que los contratos fueron auditados por las autoridades mexicanas. Es cierto, los contratos se cumplieron, pero la Fiscalía no cuestiona su cumplimiento sino su origen, que fue producto de sobornos y una red de complicidades.

El próximo miércoles, en una corte de apelaciones en Florida, ocurrirá una audiencia sobre el caso de Miami. Hasta ahora, el dinero de las propiedades está en un fondo. Veremos si México recupera cientos de millones de dólares que asegura que le robaron. Veremos también si alguien termina en la cárcel.

@penileyramirez

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