Alejo Sánchez Cano
“No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho de expresarlo”. Voltaire.
La cacería de periodistas en este primer año del gobierno de la 4T ha convertido a nuestro país en uno de los más peligrosos del mundo para ejercer este oficio y, por ende, representa una grave afrenta contra la democracia y las libertades fundamentales del hombre.
No solo hablamos de los 17 periodistas asesinados en este sexenio, sino de los comunicadores que han sido corridos por ser incómodos al presidente López Obrador.
Por un lado se asesina y por otro se ataca a la libertad de expresión sin ningún recato.
La estigmatización desde el púlpito de Palacio Nacional contra los conservadores y fifís se extiende, por supuesto contra los reporteros que discrepan de la visión y el proyecto del presidente de la República.
A continuación la relación de algunos comunicadores que han sido despedidos de sus fuentes de trabajo por ser críticos al sistema y los etiquetamos así, porque ni siquiera varios de ellos se han pronunciado solo contra AMLO, sino lo hicieron en su momento contra Fox, Calderón y Peña Nieto, además de otros mandatarios.
Desde los tiempos de Gustavo Díaz Ordaz no ocurría tal cercenamiento de la libertad de expresión, en donde con el movimiento del 68 alcanzó la censura y la represión su mayor nivel.
Ahora, en pleno siglo XXI y con un gobierno de izquierda, se ha regresado al pasado, por lo menos en la censura y la represión contra los medios de comunicación.
“Si no están conmigo, están contra mí”, esa es la consigna presidencial y que se atengan a las consecuencias los que no comulgan con las ideas del grupo en el poder.
De otra manera, no se explica cómo a Víctor Trujillo, alias Brozo, lo hayan despedido de la estación radiofónica “Aire Libre” o a Sergio Sarmiento de Radio Centro.
En la lista de periodistas censurados por el gobierno de AMLO están también Jorge Ramos Pérez, cesado de El Universal; Carlos Marín, desplazado de la dirección de Milenio; Carlos Loret de Mola, corrido de Televisa y Radio Centro.
A Ricardo Alemán le cerraron todas las puertas de trabajo en los medios.
Carlos Ramos Padilla, obligado a renunciar de ABC Radio.
A Rubén Cortés lo despidieron de la dirección de La Razón por representar una la línea editorial contraria al gobierno y, por ende, amenazar a los otros negocios de los dueños de ese medio.
Siguieron con Ricardo Gómez de El Universal y Jesús Martín Mendoza, también de Radio Centro.
Por desgracia, no son los únicos y vendrán otros que engrosarán la lista de los desplazados por expresar sus opiniones.
Tanto el artículo sexto de la Constitución como la ONU garantizan la libertad de expresión, así como el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, lo que tiene sin cuidado a la 4T, aunque luego se quejan de que los ojos del mundo estén sobre México.
Así pasó con el tema de la migración, ahora con la violencia y la criminalidad, y luego será por convertirse en “enemigos de la democracia”.