Prosa Aprisa.
Arturo Reyes Isidoro.
Ahora sí, como dijera don Jesús Reyes Heroles, en el PAN despertó el Veracruz bronco que, por lo demás, demuestra que ese partido está vivo: el martes, militantes albiazules de Orizaba se dieron de cachetadas guajoloteras en Xalapa, en un zafarrancho que se armó luego de una reunión para decidir si van o no en alianza con el PRI para postular como candidato a la presidencia municipal al empresario Juan Manuel Díez Franco.
En plena temporada ya casi invernal, cuando el frío aprieta en Xalapa, el calor político asomó y la sangre caliente impulsó a los blanquiazules a soltar golpes, un adelanto de lo que será el proceso electoral ya en marcha y que tendrá como fecha central el próximo 6 de junio.
Si los panistas orizabeños votaron a favor o en contra de la alianza lo sabremos después del próximo sábado cuando se concentren en el Comité Ejecutivo Nacional de ese partido las boletas de la votación y se haga el recuento que determine si los albiazules van solo o acompañados.
Por ahora, en todo el Estado, donde hay miembros activos, el PAN está realizando la consulta entre su militancia para saber el camino que van a seguir, un ejercicio democrático que, tiene que reconocerse, impulsa el dirigente estatal Joaquín Avilés, decidido a respetar lo que mande la mayoría.
En Veracruz, se sabe desde siempre, el proceso que más despierta y desata las pasiones es el municipal, porque es el más cercano a la gente. Es tanta la pasión que incluso familias carnales se dividen y hasta terminan odiándose, muchas veces por el resto de sus días.
Sobre la consulta panista, la moneda está en el aire. Según, se esperaría que la mayoría se pronuncie en contra de la alianza no solo con el PRI sino también con el PRD, con el añadido de que, de acuerdo a fuentes del CDE, el grupo Yunes Linares-Márquez estaría movilizando a sus adherentes para que voten a favor del no.
Del resultado de la consulta dependerá, en forma definitiva, que Díez Franco en Orizaba, y David Velasco Chedraui en Xalapa, vayan como candidatos externos pero en alianza con los tres principales partidos, aunque David se habría caído ya, aunque él cree que está amarrado porque fue a pedir el visto bueno directamente con Marko Cortés y con Jesús Zambrano, del CEN del PAN y del PRD, respectivamente, ignorando que esos partidos no son como el PRI y que tienen autonomía para decidir en el ámbito al margen de lo que digan en el altiplano, y, que se sepa, a las dirigencias estatales de ambos partidos para nada les gustó que se los saltara, mal asesorado por un señor de nombre Lino.
Qué necesidad, Zenyazen
No dejó de llamarme la atención un mensaje de una joven, a la que conozco, que en su cuenta de las redes sociales criticó en forma severa que el martes, cuando compareció el secretario de Educación, Zenyazen García Escobar, para glosar el 2º Informe de Resultados de su jefe Cuitláhuac García Jiménez, a su madre, una maestra del sistema, la citaron ¡a las 5 de la mañana! en el Congreso, cuando en Xalapa a esa hora estamos amaneciendo a 8 grados centígrados.
Tiene razón la joven. Pero qué necesidad, Zenyazen. En lugar de ganar simpatías, se gana la animadversión de los maestros y sus familias. Fueron forzados, porque tomaron el citatorio como una amenaza. ¿Se enteraría el gobernador?
Por otra parte, el cordobés se ganó las críticas a pulso cuando revivió el acarreo para que le fueran a aplaudir, una práctica que inició y perfeccionó el PRI y que se pensó que había pasado a la historia.
Indigna lo que dijo Ramos Alor
Qué poca, del secretario de Salud Roberto Ramos Alor, cuando en su comparecencia en la Legislatura dijo ayer que se contrató a 909 médicos, enfermeras y “especialistas” cubanos para que vinieran a atender a pacientes con COVID porque personal local no lo quiso hacer.
Miente rotundamente, señor. No le falte el respeto a los heroicos médicos, enfermeras y enfermeros, químicos y personal de salud del sistema estatal porque fueron y son los que se la están rifando, exponiendo sus vidas sin que ni el gobierno federal ni el estatal los retribuya como se merecen, ni les paguen en dólares como lo hicieron con los de la isla.
En su momento comenté, porque tengo familiares tanto en el sector salud del Estado como del IMSS, en diversas ciudades del Estado, cómo los cubanos no eran especialistas, no sabían cómo enfrentar a los pacientes infectados y además llegaron con mucho temor a contagiarse por lo que los nuestros le tenían que sacar su trabajo. “Pobrecitos. Tienen miedo. Nosotros hacemos su trabajo”, me dijeron en varias ocasiones mis familiares.
Si eran tan buenos, ¿por qué el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, no se puso en sus manos y se fue a internar en el hospital más caro, fifí, del puerto de Veracruz, cuando se contagió?
Usted, señor Ramos Alor, debiera estar sometido a proceso penal. En Cuba, país al que tanto admira y cuyo sistema de salud quiso implantar en Veracruz, por todas sus atrocidades ya lo hubieran enviado al paredón.
Debiera darle vergüenza que luego de dos años de gobierno no han podido cubrir el abasto de medicamentos en los hospitales del Estado al cien por ciento y con pretextos trata de justificar su ineficacia. Ayer, el dirigente estatal del PAN, Joaquín Guzmán Avilés, lo calificó como el peor secretario de Salud en la historia del Estado. El calificativo se lo ha ganado a pulso.
Las encuestas, ¡ah las encuestas!
A muchos de mis lectores, muchos políticos en activo, de diversos partidos, no le gustó el resultado de las encuestas de diversas casas encuestadoras, algunas de importantes medios, que le dan una alta aprobación al presidente Andrés Manuel López Obrador y clara ventaja a MORENA, dos contra uno, en la próxima elección de los candidatos a diputados federales.
Sentí que incluso no les agradó tampoco que manejara los porcentajes. Creo que si no quieren a MORENA en el poder lo que debieran hacer es organizarse y de ser necesario sustituir a los partidos y preparar su voto en contra si no quieren que continúe el actual estado de cosas, pero las encuestas están enviando un mensaje muy claro: AMLO y su partido están, ahora, bien posicionados, porque no fueron solo Reforma, El Universal, El Economista y El Financiero, sino también Demotecnia las que arrojaron casi los mismos resultados.
He sido bastante crítico con el presidente y no estoy de acuerdo en la mayor parte en la forma en que está conduciendo al país, pero esa es mi postura personal. Como columnista no puedo dejar de comentar las cosas tal y como se van presentando y el hecho de que no sea una sino cinco reconocidas empresas encuestadoras las que nos dicen que AMLO mantiene una alta aprobación me parece que es algo que debemos tratar de explicarnos al margen de nuestra preferencia personal. Sin, duda se trata de un fenómeno aparentemente inexplicable pero que ahí está. Da motivos para comentarios posteriores, que ya los haremos.