*Mis Proyecciones en el espejo .
/Por Paula Roca/
Cuenta la leyenda que al vagar tanto por la Tierra como castigo creaste un ejército maligno esparciendo tu esencia.
Te aliaste a través del tiempo con las más oscuras de las almas que llevan luz opaca y que por eso necesitan alimentarse de personas que brillan.
Has aprendido a través del tiempo a ser culto, tener encanto y usas todas las herramientas e instrumentos para engañar, manipular e intoxicar de manera muy hábil.
Las llevas con engaños a los rincones más oscuros para acabar con sus vidas y su luz con una dolorosa estocada por la espalda, de esas que no se ven, pero se sienten hasta el fondo de las entrañas. No toleras que brillen y sean reconocidos.
Te infiltraste en familias y personas destruyendo todo a tu paso y te regocijabas de eso; lograste que la justicia terrenal fuera hecha para tus propios intereses. Así, por medio de las leyes y con personas banales los pusiste como en un juego de ajedrez que tu controlas en puestos claves y trascendentales para poder controlar de manera eterna y con continuidad el poder.
Para ti es un momento de esparcimiento colmar tu sed de victoria, acomodando tus piezas de manera maquiavélica y con avaricia para después conceder a tu ejercito migajas y saciar sus deseos de riquezas, todo a cambio de ganar tu partida y lograr una venganza infinita que no tiene ni principio ni final.
Todo esto lo haces por no haber sido reconocido y desde entonces quieres seguir en competencia con los seres de luz que si caminan con Dios. Los que, si son felices y que buscan de diversas formas sumar y construir, haciendo una historia muy diferente a la que tú quieres.
Pero sabes qué, Abel y Enoc, te vigilan y se manifiestan de una u otra manera con todas aquellas personas que son luz para contrarrestar tu daño y devolverles lo que tú les quitaste.
Con el tiempo ellos se encargarán siempre de recordarles a tus almas oscuras que, si hay una justicia divina, esa que es real, verdadera y poderosa; esa que es la que viene de Dios, la perfecta y tú lo sabes, esa de la que nadie se salva.
Esas personas que venden su alma por unas monedas, esas que son capaces de destruir países, familias y que matan a personas inocentes, son las que prevalecerán deambulando por el mundo, evadiendo con su memoria corta su destino, bloqueando sus fechorías en su mente para sobrevivir a tanto daño y queriendo borrar culpas, sin escuchar nada que no gire alrededor de ellos, pero muy en el fondo saben cómo tú, que en su final darán cuentas y quién sabe si sea errando por la tierra junto a ti o más abajo, donde la luz se pierde, donde dejas de existir para luego ser olvidado de manera eterna.
Dedicado a todas las personas que se sienten intocables y que el poder y la avaricia rebasan la justicia.
Cuando Dios les diga ¿Qué has hecho? Ojalá le puedan contestar.