**Mutatis mutandis.
/ Por Rafael Arias Hernández./
Los gobiernos electos tomaron posesión en los municipios veracruzanos. Importante insistir. ¿Lo hicieron y hacen en la forma apropiada?
Tiempo y situación, que obligan a todos, tanto gobernantes y funcionarios como individuos y sociedad en general, a repetir y reclamar, a preguntar y asumir, las atribuciones y responsabilidades correspondientes. Tiempos de cumplir con el deber, no de complicidad. Hechos y resultados hablarán por sí mismos.
Grave si se continua la tradición del desinterés social; de seguir con más de lo mismo y peor. Así, simplemente se comprueba que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen.
Ahora y siempre. Gobernantes y servidores públicos, deben estar conscientes de los alcances de las leyes, que regulan esa transición de deberes y obligaciones, de los que entregan a los que reciben, Unos y otros, saben y deben entender hasta dónde, hasta cuándo y a quiénes se puede aplicar leyes, como la ley de responsabilidades de los servidores públicos del estado y municipios
La cuestión central es clara y simple. ¿Los responsables, pueden probar y comprobar que han cumplido con todas y cada una de sus obligaciones previstas? ¿Se están aplicando las leyes correspondientes, para reconocer o denunciar a quienes dejan destruidos o dañados a los gobiernos municipales? ¿Qué hacen los que entran y reciben el encargo? ¿Asumen en serio sus responsabilidades? En qué se convertirán desde el inicio: ¿en responsables, o en cómplices?
En transición, o en operación, hay que asegurarse que intervengan y funcionen, las instancias e instituciones encargadas, que están para aplicar las leyes.
Así, se sabe que, respecto a la ley de responsabilidades, su aplicación (tratándose de presidentes municipales, regidores y síndico), establece formas y procedimientos que se deben conocer y difundir ampliamente.
Es más, debe señalarse que, precisamente, respecto a su posible aplicación y, en su caso, hasta la imposición mismas de sanciones a quienes la hayan violado, corresponde (en principio) al poder Legislativo; y, en cuanto a los demás servidores municipales, su aplicación corresponde al presidente municipal. ¿Se hizo y se hace uso de estos recursos jurídicos y se aplican o aplicaron?
Todo ciudadano debe preguntarse, en el caso del municipio que le corresponde, ¿qué se debe hacer? ¿De cuantos recursos dispone y de que tamaño son las necesidades sociales que atender? ¿Qué tan grande es la burocracia, qué hace y cuánto cuesta?
O incluso, detectar y saber, como opera la licuadora administrativa y la magia presupuestal, que permite desaparecer, justificar o inventar. Y así, hay innumerables preguntas que hacer y muchas que, por su importancia, en la costumbre del ahí se va, de la pasividad e irresponsabilidad social, concretamente se esconden, minimizan y evaden.
Innumerables historias y hechos se repiten. Demasiadas cuestiones de importancia se niegan y desatienden por costumbre o rutina, evasión o simulación, entretenimiento o distracción.
Por estas y otras razones y derechos, hay que preguntar e insistir, que en la entrega recepción, y a todo lo largo de la correspondiente operación, se informe de inmediato, sobre los pendientes y lo que no se hizo, lo hecho bien y mal, especificando compromisos y deudas, sobre asuntos prioritarios y urgentes.
Respecto a la situación actual. Hay que empezar por participar. Desde todos los ángulos, debe empezar por reconocerse que, en los últimos años, la situación económica ha empeorado, incrementándose la adversidad y las crisis padecidas.
En particular, debe tenerse siempre presente, que hay muchas acciones y disposiciones que pueden debilitar, deteriorar y hasta ocasionar retrocesos, en gobiernos que, en la actualidad, padecen severas contracciones, insuficiencias e incapacidades económicas y financieras, acentuadas por factores ineludibles, como la presión inflacionaria presente.
Así, se ha vuelto casi normal, que además de los conocidos y padecidos efectos y defectos de las crisis, también se les identifique acompañadas, con la notoria insuficiencia, de una política económica gubernamental adecuada y de sus respectivos programas.
Ante este lamentable hecho, hay que insistir en resaltar y lamentar, la persistente falta de participación ciudadana y social, en los asuntos públicos. Y que los gobiernos pasan a ser, víctimas de su misma incompetencia.
Tiempos de gobiernos incapaces, abiertos y dispuestos a simular y desinformar, ha presumir lo que no hacen y a ocultar o minimizar lo que hacen mal, así como los cuantiosos daños que causan. En general, más que dispuestos o propensos, a incrementar la deuda pública, que en lo personal o en grupo, solo favorece a unos cuantos, ocasionando, tarde o temprano, otros tipos de limitaciones y sacrificios a las generaciones presentes y futuras. Gobiernos limitados y sometidos a un centralismo fiscal insuficiente y asfixiante.
Desde siempre, se sabe que a los gobiernos ningún presupuesto alcanza, ante las descomunales necesidades y actividades que se tienen que realizar. La crisis de la economía es evidente y para muchos contundente.
Así, la vida sigue. “No hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no llegue”
El proceso conocido, como de “entrega recepción”, sigue su marcha.
Presidentes, síndicos, regidores, funcionarios y trabajadores viven la renovación, a todo lo largo y lo ancho de Veracruz. Un mundo de burocracia llega y sustituye a otra. La novedad es que en todos los municipios el problema económico y de finanzas públicas crece y se complica. La población espera la entrega de cuentas claras de los que se van; y, desde luego, confía que los que entran, no se hagan cómplices o corresponsables, de errores o perdidas, abusos y hasta delitos de los que se tienen que ir.
Es más, en todo caso, se exige y tiene derecho, a la renovación y fortalecimiento de la capacidad de atención y transformación, de todos y cada uno de los gobiernos municipales, obligados siempre a atender y satisfacer viejas y nuevas necesidades prioritarias de la población: agua y drenaje; movilidad y transporte; seguridad y salud públicas; recolección y procesamiento de basura o desechos; registro público, etc.
Entrega recepción, no es ni debe ser, entrega decepción.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH