Campeche pone el ejemplo ¡y el tono!

/ Verónica Malo Guzmán /

Layda Sansores pasará a los libros de historia por ser el principio del fin de Morena (además de por su tinte de pelo rojo intenso). Ha iniciado en lo local el resquebrajamiento del obradorismo. Le ayudan otros gobernantes de Morena y aliados, quienes, en lugar de sumar, le restan a ese movimiento al mostrar abandono de sus obligaciones, soberbia y un boato mal disimulado muy lejos de la austeridad republicana. Su inclinación por los goces del poder los señalan.

Desde la llegada de Layda a Campeche (2021), la inseguridad en esa entidad aumentó del 38.3% al 55.9%. Inseguridad que impactó en las mujeres policías enviadas al CERESO de San Francisco Kobén el 15 de marzo, donde sufrieron abusos por parte de los reos. Las peticiones de las policías fueron desdeñadas y, en razón de ello, dichos reclamos llegaron a las calles.

Ante lo que ha sido desprecio de la autoridad hacia sus propias fuerzas del orden, ya hubo tres manifestaciones masivas. Ahora, a partir de la última marcha, se pide la renuncia de la secretaria de Seguridad Pública estatal y hasta de la propia gobernadora, al grito de: ¡Fuera Layda!

Sabiendo que se venía un sentido reclamo de su población, ella prefirió dejar sus oficinas y asistir a un concierto. Lo sabemos pues ‘tuvo a bien’ compartir en redes sociales imagen de ese evento con el siguiente comentario: “Buenísimo el evento… como siempre, nuestros hermanos carmelitas, bien prendidos!”. Se sabe, los gobernantes de la 4t, cuando ven crisis, arman fiesta; lo mismo hizo la presidenta municipal de Chilpancingo cuando rindió su informe de labores, exactamente dos días después de que Otis devastara la costa guerrerense…

La necedad de Layda de mantener a la secretaria Marcela Muñoz —quien no posee conocimientos en el ámbito de seguridad pública— le pasa factura. Se ve una gobernadora sorda a los reclamos de la población y en especial a su cuerpo de policías. La titular del ejecutivo local ha olvidado que los “tiempos” en política son muy importantes. En el momento electoral que el país atraviesa, su obstinada necedad no ayuda a la candidata presidencial de Morena, tampoco a los diversos candidatos a puestos de elección popular de la 4t de Campeche. Afortunadamente, esto podría hacer que el Congreso local termine siendo más balanceado en cuestión de partidos.

Lo que fue la petición de un sólo grupo de la población ha tomado fuerza gracias a la actitud de la señora. Se podría decir que se está armando un buen coctel campechano, el cual empieza a tomar un color rojo (por cierto, su decisión de suspender el servicio de transporte público para que la gente no llegara a la manifestación, solo enojó a los inconformes). Layda decidió actuar como cacique, como lo fue su padre, priista de cuna, y quien también fue gobernador de ese estado.

López Obrador amenaza con ‘dejar sueltos a los tigres’, mientras que en Campeche el jaguar del reclamo ciudadano ya despertó y se manifiesta en contra de Morena. Los campechanos están dando ejemplo a nivel nacional. ¿Será que ahora sí el pueblo está harto de tanta pinche transa?

Hartos de gobernadores que, como Layda son permisivos con el crimen organizado, tiránicos hacia la clase trabajadora y que van por la vida haciendo alarde de su prepotencia. Hartos de Cuauhtémoc Blanco, de Cuitláhuac García, de David Monreal, de Evelyn Salgado, de Layda Sansores. Sus actuares (o falta de acción), dichos y dudosa conducción de los asuntos públicos, suman para que el voto de castigo sea contra Morena y la 4t. El ejemplo y tono de los campechanos puede cundir como reguero de pólvora. Basta que los distintas poblaciones comiencen a imitar y a escalar las protestas.

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Tres en raya: Guadalajara duele. Las madres buscadoras hallaron un crematorio clandestino donde se disolvía a las personas en ácido. Cientos de desaparecidos terminaron ahí. Por favor: no les vuelvan a decir que sean ellas las que ofrezcan propuestas; ante su mortal hallazgo, urge empatía de los gobernantes y de quienes aspiran a serlo.