Mutatis mutandis.
Por Rafael Arias Hernández.
Llega la temporada del poder por el poder, de la pasión por la ambición de ser y parecer ser. Viejas y nuevas lecciones se hacen presentes. ¿Tenemos el gobierno que merecemos?
2021, año de elecciones en las que, abundan aspirantes y suspirantes a estar en nómina gubernamental, sin considerar si están aptos, son capaces y saben a qué se comprometen.
COMPETIR POR LA NOMINA Y EL PRESUPUESTO OFICIAL.
Al menos, 21, 883 posiciones gubernamentales se disputan (municipales, estatales y federales). Todas sujetas a la decisión de casi 94 millones de ciudadanos, que podrán acudir, a más de 164 mil casillas, que serán instaladas para votar.
Además de las 500 diputaciones federales, en las elecciones estatales se elegirán 21,383 cargos: 15 gubernaturas, 30 congresos locales (1,063 diputados); y también, 1,926 ayuntamientos y juntas municipales, en 30 entidades. Para esto se tiene previsto contratar más de 50,000 supervisores y capacitadores estatales.
¿Qué cumplen y qué hacen? ¿Para qué sirven?
En Veracruz, se identifican cuando menos, 1,127 cargos. Esto es: 20 diputaciones federales, 50 diputaciones locales, 212 Presidencias Municipales, 212 sindicaturas y 633 regidurías.
Y además, la Universidad Veracruzana cambiará su administración, bajo su propio proceso, recurrentemente cuestionado. Tema que requiere más tiempo y espacio. Al cual volveremos.
Por lo pronto, en el país, realizar elecciones consumirá cuantiosos recursos públicos y privados.
Tan solo el gobierno federal tiene presupuestados alrededor de 20 mil millones de pesos, cuyo ejercicio exige buen uso y garantías de información, rendición de cuentas, fiscalización y evaluación.
En la estimación completa, hay que considerar otras aportaciones tanto der gobiernos estatales y municipales, como de empresas, organizaciones y personas.
Por otro lado, respecto a la movilización ocasionada, oportuno considerar el volumen de empleos directos e indirectos, formales e informales, que esta renovación electoral genera. Preguntar respecto a contrataciones y oportunidades de trabajo, se generan cambios en el país de, ¿110 mil, hasta 220 mil, o más?
Estimación difícil de precisar, pero sí de considerar. Porque lo que sí se sabe, es que entraran al dominio y disposición de la nómina los que ganen o favorezcan a otros con su decisión o influencia.
Desde luego que todo depende del cargo de que se trate y de su posición e importancia, en la estructura del poder.
En Veracruz, ¿de qué tamaño es “el pastel” en juego? Se estima, que anda de12 mil, a 24 mil empleos, cuando menos.
La lucha por lo tanto, es por alcanzar el control del poder y disponer de recursos, posiciones y atribuciones. Es, como se sabe, una competencia por representar y dominar, ante la oportunidad popular, de ejercer libertades y derechos, para votar y elegir.
¿Qué hacer a este respecto? ¿Cómo fiscalizar los cuantiosos recursos públicos que se destinarán?
ELEGIR SIN EVALUAR, ES DE ANTEMANO NAUFRAGAR.
Obligatorio definir la mayoría que exige la Democracia; o identificar la minoría mayor, que resulte ser la representativa.
Esto es, además de lo cuantitativo, para empezar, hay que entender y nunca olvidar, que la elección es parte importante, pero no lo único, determinante y característico en una Democracia.
Lo determinante y definitivo es la participación y la evaluación ciudadana y social permanente; así como la legalidad y la legitimación correspondientes.
Elegir es una forma de participar, es un derecho y una capacidad, que no se hace por y para única vez y para siempre; o que no se puede ejercer, hasta que termine el período, que dura representación o encargo en cuestión.
La Democracia exige hoy, participación social y evaluación pública permanentes.
No es, ni puede ser, una capacidad limitada o contenida, cómplice o complaciente, condescendiente o indiferente, cuando los electos resultan incapaces o incompetentes, causando cuantiosos errores y perdidas, daños y retrocesos.
Tampoco puede ser inutilizada o negada, cuando la situación es peor, y esos electos, destacan y se caracterizan por usar y abusar de la representación y el poder, que temporalmente se les ha otorgado o conferido, para dedicarse a obtener beneficios y ventajas personales, familiares o de grupo. Cuando resultan ineptos y corrutos, ineficientes y delincuentes, confiados y sostenidos por la simulación o la impunidad.
La capacidad de elegir, es más amplia y diversa, ya que, incluye e implica, el derecho y la atribución de gobernar al gobierno, de revocar o reorientar, ajustar o cambiar. No es obligatorio padecer y soportar malos y peores.
Ante nuevas condiciones y retos, conveniente y apropiado, analizar y valorar todo, y a todos los involucrados en la representación pública, y la operación o gestión gubernamental.
En la consecución de logros y avances. Atender conflictos y resolver problemas; enfrentar dificultades y superar limitaciones, bien y oportunamente.
La Democracia es un proceso integrador y participativo de decisión y conservación, de renovación y evolución constante.
Elegir y revocar; consolidar y mejorar; corregir y expandir; fortalecer o limitar, son algunas de las actividades a realizar, apoyados en todo momento, en conocimiento y capacidad, en legitimación y legalidad correspondientes.
DELINCUENCIA ELECTORAL
Elemental y básico, entender que la delincuencia gubernamental, está siempre amenazante o presente, extendiéndose hasta el ámbito electoral, donde se activa en su momento.
Preocupa saber y comprobar, que en muchos gobiernos, prevalece la evasión de responsabilidad, al evitar valorar, tanto a los que ahora concluyen y se van, como a los que permanecen y seguirán. Ocasionando o permitiendo que no informen, ni rindan cuentas de lo que hicieron o hacen, mal o bien; o lo que no hicieron ni hacen, o dejaron de hacer y tienen pendiente.
Imprescindible identificar candidatos electorales, y también candidatos a la evaluación del desempeño; en particular, aquellos que por sus nulos o malos resultados, su inexistente o cuestionada rendición de cuentas, se les debe denunciar y fincar responsabilidades correspondientes, por incumplimiento o indebido ejercicio del cargo. Simples candidatos a la cárcel.
Evaluar para ser reconocidos o denunciados; fortalecidos o, procesados y, en su caso, estimulados o sancionados por las autoridades competentes.
Preciso distinguir bueno de malo, responsable e irresponsable, capaz o inepto.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH