Carlos Darío Arcos se fue duro y a la cabeza de “Alito”.

*La Columna.

/Por Fanny Yépez/

Carlos Darío Arcos se fue duro y a la cabeza de “Alito”.
“No te creo nada” lo increpo.

El PRI concluyó su periodo como partido político y su militancia tendrá que entenderlo, porque así es como han caído en el mundo los gobiernos más poderosos que cansan a la gente. Sus errores no podrán ser corregidos porque ya son parte de la historia.

Porfirio Díaz gobernó el país durante 35 años, de 1876 a 1911, pero cansó al pueblo que inició la Revolución Mexicana, para que llegara un nuevo gobierno con Francisco I. Madero, que gobernó de 1911 a 1913, apenas un año y tres meses.

Se quieren perpetuar, pero esto es cíclico y sobran los ejemplos que se han registrado en el mundo entero y en distintas épocas.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue fundado en 1929 por el expresidente Plutarco Elías Calles bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR); posteriormente, en 1938 como Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y adquirió su nombre actual en 1946. A lo largo de su historia ha sido dirigido por 52 presidentes.

La militancia le reclama en su cara a Alejandro Morena Cárdenas (Alito), el dirigente nacional del partido tricolor y no hubo manera de detener hace unos días, la intervención de Carlos Darío Arcos Omaña, quien le recordó sus promesas y, al mismo tiempo, el abandono que tuvo con sus candidatos y militantes en contiendas anteriores, por lo que le dijo “no te creo nada”.

Lo ocurrido en una reunión de priistas que se celebró en Xalapa se registró un desencuentro entre algunos correligionarios y el líder nacional priista quien con semblante adusto se vio obligado a escuchar los reclamos de sus militantes.

La militancia de Carlos Darío ha sido férrea y uno de sus cargos más distinguidos es haber sido alcalde de Altotonga, en el periodo del gobernador Dante Delgado Rannauro.

A “Alito” le han hecho manifestaciones para que entregue el cargo, pero sistemáticamente se niega una y otra vez, lamentablemente no tiene el poder para pedir al tiempo que vuelva y revivir aquellos años de gloria del PRI, cuando se le calificaba como la aplanadora.

Si usted lanza con mucha fuerza al piso una pelota de hule, esta se va a elevar por el rebote y se va a ir hasta lo más alto, para después iniciar su caída, como sucede con una profesión, con una construcción y con la vida misma, todo lo que un día inicia tendrá que acabarse, como hoy le está sucediendo al PRI.

Comentó con un tono de chunga Carlos Darío “Me invitaron mis queridos amigos Bertha Hernández y Alfredo Ferrari a desayunar con alito (SIC). Veo difícil que me vuelvan a invitar”. En su cuenta de facebook muestra el video donde se puede ver y escuchar su intervención, por cierto, con mucha interferencia, pero lo más importante y significativo es cuando dice que no le cree nada al dirigente nacional del PRI.

Al líder nacional del PRI, lo siguen rechazando sus propios correligionarios, quienes como Darío Acosta lo califican de mentiros al no haber cumplido sus compromisos y dejarlos solos y a su suerte, como ocurrió en la pasada elección estatal.

Darío Acosta, solo dijo la verdad Alejandro Moreno solo ha trabajado para sus intereses personales, ha traicionado a compañeros de partido y ha puesto a subasta candidaturas y hasta su propio partido.

Morena tendrá que aprovechar su momento de gloria para hacer bien las cosas si se quiere mantener en la aceptación del respetable público, porque de lo contrario, su presencia podría ser efímera y cuidado con esos señalamientos que se siguen haciendo, de los que hacen a un lado los intereses de ese movimiento y la bandera principal con que crecieron: No robar, no mentir y no traicionar; y los acusan de hacer negocios al amparo de esa corriente política.

Las probabilidades de triunfo para Morena, el próximo 1 de junio todavía son muy altas, porque, aunque físicamente no se ve al fundador de ese partido, su presencia etérea ahí está y ahí va a seguir, impulsando a quienes cumplan con los mandamientos del partido en el poder.