*A tres años del feminicidio, ocho meses y 80 audiencias donde se presentaron pruebas, tres jueces tomaron la determinación.
*El feminicidio no puede quedar impune, sin importar quién lo ordene.
24.12.2025 Puebla, Pue.- Javier López Zavala, excandidato a la gubernatura de Puebla por el Partido Revolucionario Institucional, fue declarado culpable por el feminicidio de la abogada y activista Cecilia Monzón, ocurrido en mayo de 2022 a tres años de que la mandó matar el político priista.
El fallo judicial marca un precedente en la lucha contra la violencia de género en México, al tratarse de un caso en el que un político de alto perfil fue responsabilizado por ordenar el asesinato de su expareja, quien había denunciado públicamente las agresiones y la falta de cumplimiento en obligaciones de pensión alimenticia.
El crimen de Cecilia Monzón conmocionó al país por la brutalidad con la que fue ejecutado y por el perfil de la víctima, reconocida defensora de los derechos de las mujeres y de la justicia en casos de violencia familiar.
Monzón fue atacada por sicarios mientras conducía su vehículo en San Pedro Cholula, Puebla, en un hecho que desde el inicio fue señalado como feminicidio. Las investigaciones revelaron que López Zavala, con apoyo de colaboradores cercanos, planeó y financió el ataque, lo que derivó en su proceso penal y finalmente en la sentencia condenatoria.
El contexto del caso refleja la persistencia de la violencia feminicida en México y la vulnerabilidad de las mujeres, incluso aquellas con trayectoria pública y reconocimiento social.
La condena contra López Zavala expone cómo las estructuras de poder político pueden ser utilizadas para perpetuar la violencia y cómo el acceso a recursos económicos y redes de influencia no deben convertirse en mecanismos de impunidad.
La sentencia también envía un mensaje a las instituciones: la justicia debe ser capaz de enfrentar a quienes, desde posiciones privilegiadas, intentan silenciar voces críticas y castigar el ejercicio de derechos.
Las implicaciones de este fallo son profundas. Por un lado, representa un triunfo para, la familia, el movimiento feminista y para las organizaciones que acompañaron el caso, al demostrar que la presión social y la exigencia de justicia pueden romper pactos de silencio.
Por otro, evidencia la necesidad de fortalecer los sistemas de protección para mujeres en riesgo, pues Cecilia había denunciado amenazas y violencia sin que las autoridades garantizaran su seguridad.
El feminicidio de Monzón y la condena de López Zavala se convierten en símbolo de la urgencia de transformar las instituciones para que la justicia con perspectiva de género sea una realidad y no una excepción.
Este caso, más allá de la sentencia, obliga a reflexionar sobre la deuda del Estado mexicano con las mujeres víctimas de violencia.
La memoria de Cecilia Monzón se suma a la de miles de mujeres asesinadas en el país, y su lucha por la igualdad y la justicia se convierte en legado que interpela a las autoridades y a la sociedad.
La condena a López Zavala no repara la pérdida, pero sí abre un camino para que la violencia política y de género sea visibilizada y sancionada, reafirmando que el feminicidio no puede quedar impune, sin importar quién lo ordene.













