Censura en la octava

Censura en La Octava

ÁLVARO CUEVA

Una vez más La Octava es noticia y no precisamente por sus altos niveles de audiencia o de ventas. Otro de sus conductores dejó su espacio. En esta ocasión, el señor Vicente Serrano.

¿Qué es La Octava? Un canal de televisión abierta del Valle de México propiedad de Grupo Radio Centro, el 8.1. Aunque usted lo puede ver en internet, oficialmente es una frecuencia local. Su competencia no es Las Estrellas, Azteca Uno o Imagen Televisión, son frecuencias como a+ y Multimedios Televisión.

¿Qué tiene esto de importante en caso de que usted me esté leyendo en Monterrey, Guadalajara o Torreón? Que La Octava es un canal con una tendencia ideológica muy clara. Es Peje-visión, una oda permanente al Presidente.

Si esto hubiera sucedido con el PRI o con el PAN en los sexenios anteriores, hubiera sido un escándalo. Ahora, misteriosamente, nadie dice nada. 

Está bien tener un canal abierto privado regional para elogiar de tiempo completo a Andrés Manuel López Obrador. Es lo “normal”. ¿Cuál es la nota? Que La Octava, como cualquier señal que está naciendo, más allá de su línea editorial, está ajustando, quitando y poniendo gente.

Y en su caso todavía más porque como su origen es radiofónico, todos ahí, absolutamente todos, están aprendiendo a hacer televisión abierta. Créame, son negocios muy diferentes, muy complicados.

¿Qué pasa con los ajustes que se están haciendo en La Octava? Que como sus contenidos son de izquierda, en muchas partes se está diciendo que sus comunicadores se están yendo por censura, porque no son chayoteros, como otros.

Perdón, ¿pero puede haber algo más extraño que acusar al gobierno de López Obrador de estar censurando esto cuando estamos hablando de puros programas que lo elogian? ¿Qué tiene que ver la corrupción en esta historia? ¿A qué viene al caso mencionar a otros comunicadores? ¡Ellos ni vela tienen en este entierro!

La Octava no está haciendo cambios ni por culpa del Presidente ni de la prensa “vendida”. El canal 8.1 está haciendo cambios porque, como cualquier empresa en su lugar, está buscando programas y personas que dejen rating, que generen ventas.

Qué pena tener que decirlo, pero a lo mejor las multitudes que hacen los grandes números de la televisión abierta privada local no quieren contenidos tan descaradamente a favor de AMLO ni personalidades tan agresivas. ¿Lo han considerado?

A lo mejor los anunciantes que están buscando espacios para vender sus productos y servicios no quieren asociar sus marcas a este tipo de producciones ni a esta clase de locutores. ¿Lo han tomado en cuenta?

No es un tema ni de partidos políticos ni libertad de expresión. Es un tema de mercados. La televisión privada es un negocio. Se mueve a través de números, de mercados.

Se necesita mucha humildad para entenderlo y yo veo demasiada arrogancia en todas las personas que han estado o que están en todos los niveles de La Octava.

No estoy hablando mal ni de Vicente Serrano ni de nadie. Por favor no me malinterprete. Quiero que les vaya bien. Pero solo les va a ir bien si en lugar de asumirse como víctimas de un complot, comienzan a atender a su público, a hacer televisión abierta privada de verdad. ¿O usted qué opina? 

alvaro.cueva@milenio.com