Challengers, la película que está fuera de los Premios Oscar.

*Dirigida por Luca Guadagnino, conocido por su enfoque visceral.

*Notistarz- Foto-Challengers- Filaffinity. 

/ Por. Dani Franco /

Bogotá, 12 febrero (Notistarz).- Challengers es una película que, a primera vista, parece ser un giro inusual en el panorama del cine contemporáneo. Dirigida por Luca Guadagnino, conocido por su enfoque visceral y de profundo estudio emocional como en (  Call Me by Your Name).

Uno de los aspectos más intrigantes de Challengers es la controversia de su omisión en los Premios Óscar. Es una película que, sin duda, está llena de matices, pero que también ha generado una división de opiniones en cuanto a su recepción crítica y popular.

Algunos la consideran una obra maestra moderna, mientras que otros la encuentran demasiado críptica o pretenciosa. Sin embargo, para aquellos que aprecian el cine rompe con las convenciones.

Challengers representa una valentía artística que pone a prueba los límites de lo que se espera en un “film de premios”. La omisión de la película en los Óscar puede ser vista como una crítica implícita al sistema de premios en sí mismo, que muchas veces valora la accesibilidad y la comercialidad por encima de la innovación y la profundidad emocional.

Esta es una película fascinante por la forma en que despliega sus capas de complejidad. Es una obra que desafía las nociones convencionales de lo que debería ser una historia de amor o de lucha, invitando al espectador a entrar en una especie de danza emocional y conceptual.

La película plantea preguntas sobre la naturaleza del sacrificio, la identidad y la competencia, todo dentro de un contexto visual y emocional que no le es indiferente al espectador.

Que Challengers no haya llegado a los Premios Óscar es un reflejo del modo en que las obras verdaderamente innovadoras a menudo no encajan en los moldes que las instituciones tradicionales prefieren.

Sin embargo, eso no disminuye el poder de su mensaje. Al contrario, refuerza la idea de que el cine, como el arte en general, es más grande que cualquier institución o premio; está destinado a tocar el alma humana, a transgredir e ir más allá de las expectativas o las normas establecidas.

Esta película se adentra en el territorio de la competitividad, los secretos y las tensiones humanas. Aunque la trama gira alrededor de un triángulo amoroso bastante complejo, pero va mucho más allá que una simple historia de celos y rivalidades amorosas: es un análisis acerca de las dinámicas de poder, la identidad y los sacrificios personales.

Challengers destaca por su estética visual y sonora, donde cada imagen parece cargada de un simbolismo casi palpable. Las obras no son solo lo que muestran, sino lo que sugieren. Y Challengers tiene esa cualidad: cada escena parece estar imbuida de una energía cruda, desbordada, de esos momentos en los que la vida se vuelve una tensión entre lo que somos y lo que aspiramos a ser.

El triángulo amoroso entre los personajes de Tashi (interpretada por Zendaya), su esposo Art (Mike Faist) y el exnovio de Tashi, Patrick ( Josh O´ Connor), no solo es un campo de batalla emocional, sino también una confrontación de valores, deseos y expectativas que no se satisfacen.

Lo que realmente se juega aquí no es solo el amor en su sentido convencional, sino la lucha por la autenticidad, por ser uno mismo sin el filtro de lo que los demás esperan de nosotros. Las relaciones que se entrelazan en Challengers muestran como la admiración puede convertirse en una obsesión y sobrepasar muchas barreras, que incluso muchas veces se pueden confundir con amor.

Una película que habla sobre la capacidad profunda que tiene un ser humano de amar sin límites  a otra persona. Pasiones que parecen estar escritas por el destino y que no son tan fáciles de olvidar, que parecen un karma que se lleva incluso hasta el final de la vida … que nunca se olvidan.

Pero también imponen una pregunta: ¿hasta qué punto estamos dispuestos a sacrificarnos por algo que, al final, no es lo que realmente necesitamos?

En términos de relevancia social, Challengers toma una forma interesante de abordar la cultura contemporánea, particularmente en el ámbito de las relaciones y la competencia.

En una época donde la imagen pública y el rendimiento personal son cruciales, incluso muchas veces puede llegar a ser un requerimiento u obligación para llegar a ciertos estándares o a cierta popularidad. La película ofrece una mirada al alma humana al exponer nuestras inseguridades, deseos y frustraciones.

Se podría decir que la película refleja un micro mundo que está en constante lucha con su propia identidad, ya sea en el plano personal o profesional.

En el ámbito deportivo que es en donde se desenvuelve la historia, las tensiones entre los personajes también reflejan las presiones de la sociedad moderna: la competencia despiadada, la necesidad de destacar, el deseo de superar las expectativas.

La película ofrece una reflexión sobre los límites del sacrificio personal y las implicaciones de vivir siempre en función de lo que los demás esperan de ti. Este es un mensaje que resuena particularmente en un mundo donde las redes sociales y la imagen pública son protagonistas de nuestra existencia cotidiana.

Notistarz/DF

*Dani Franco es actriz colombo-venezolana