Chapito no tiene quién le escriba.

**Sin tacto.

/ Por Sergio González Levet /

El líder estatal del PAN, Joaquín Guzmán Avilés, ha decidido bien sacar la reelección ahora que termina su periodo.

Eso está bien, es legal.

Peeeero, para cumplir con el trámite, nuestro amigo envió un oficio a la instancia correspondiente, en el que solicita licencia para poder participar en el proceso de sucesión.

Ese texto contiene una solicitud, pero también debiera ser un delito por la manera en que destroza la gramática más fundamental.

El presidente estatal de un partido político tan importante debiera hacerse un espacio para tomar un curso de redacción básica, o cuando menos contratar un buen amanuense que le escriba en un castellano más o menos entendible.

Me niego a aceptar que un político tan notable como el doctor Guzmán Avilés no ponga atención en el uso correcto del lenguaje, crucial para establecer comunicación con los militantes y los ciudadanos.

Si no logra escribir o que le escriban bien un oficio tan básico, qué podemos esperar de ideas y acciones más importantes y complejas.

Vamos al texto:

El primer párrafo empieza en tercera persona, “El que suscribe” y pasa lindamente a la primera persona “en mi carácter”.

Y nos deja en veremos, porque pone un punto aparte sin completar la oración.

Y así, lo que debería ser el predicado lo manda al siguiente párrafo.

Ahí se arranca con la fundamentación normativa de su petición, y se sigue con la ambigüedad de las personas verbales, pues “el que suscribe” no “solicita” sino “solicito”.

¡Y lo hace del cargo que “ostentó”! No del cargo que “ostento”.

Y ya del pésimo manejo de gerundios ni hablamos.

Me cuesta trabajo entender cómo el Chapito o su asistente pasaron el examen de la materia de Español en quinto de primaria.

En verdad espero que haya sido un dislate pasajero del líder panista y no la muestra de su poco interés por nuestro idioma.

Hay muchos muchaches egresados de la Facultad de Letras de la UV que le podrían resolver este problema. Varios fueron alumnos míos y le puedo decir que manejan el lenguaje con maestría y elegancia. Sencillo.

Joaquín Guzmán debe ser una persona preparada. Imaginen las recetas de un médico que redacta de manera tan lamentable.

No estaría mal que pusiera a sus redactores a recitar el Silabario de San Miguel o mandarlos a la primaria nocturna.

 

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