LA MINISTRA Norma Piña decidió, por fin, dar un punto de vista sobre la iniciativa presidencial de reforma judicial. Fue interesante cómo planteó que si no existe un diálogo con víctimas y usuarios del sistema de justicia, podría errarse el camino del necesario cambio en el Poder Judicial.
PIDIÓ NO CAER en una salida fácil o empezar de cero. Y frente a la propuesta de elegir a jueces y ministros en urnas, Piña dijo que eso favorecerá al más popular o a quien quede mejor con grupos de interés. Es decir, que los favoritos de grupos fácticos, de todo tipo, serían los más aventajados en una contienda electoral.
NO LLEGARÁ el más capacitado ni el que pasó años estudiando para un concurso de oposición también expresó la ministra. Lo dijo horas después de la conferencia mañanera presidencial donde AMLO, sin mayores rodeos, afirmó que hubiera preferido que se nombrara a personas sin experiencia como jueces y magistrados, esto es, recién egresados de la carrera de Derecho.
SEGÚN él, de esa forma llegarían con muchos ideales y cero corrupción. La respuesta de la ministra presidenta de la Corte no pudo ser más elocuente: pareciera que la clave del éxito fuera la improvisación. Nomás le faltó agregar: como en muchos otros ámbitos de la Administración pública. Lo refieren en templo Mayor de Reforma.