* Acusa injerencia extranjera en movilización juvenil del 15 de noviembre.
*La marcha del sábado se perfila como un termómetro del ánimo político entre los jóvenes, en un país donde más del 40 por ciento de la población tiene menos de 30 años.
Colectivos juveniles, académicos y activistas han criticado la postura presidencial, acusando al gobierno de criminalizar la participación política de las nuevas generaciones y de minimizar el descontento social.
13.11.2025 Ciudad de México.- La presidenta Claudia Sheinbaum descalificó nuevamente la marcha convocada por colectivos juveniles para este sábado 15 de noviembre, conocida como la movilización de la Generación Z. En su conferencia matutina del jueves, afirmó que detrás del llamado hay intereses de la derecha internacional y redes digitales vinculadas a la oposición mexicana. “Ni a chavorrucos llegan”, ironizó, al referirse a los organizadores, y exigió transparencia sobre quiénes están detrás de la convocatoria.
El gobierno sostiene que la protesta, promovida principalmente en redes sociales por jóvenes nacidos entre 1995 y 2010, no es espontánea ni apartidista, sino parte de una estrategia de desinformación amplificada por cuentas automatizadas y nodos digitales que operan desde fuera del país.
El coordinador de Infodemia, Miguel Elorza, presentó un análisis en la sección “Detector de Mentiras”, donde se señala que el impulso digital de la marcha comenzó el 3 de octubre, tras un reportaje de Azteca Noticias que vinculaba las protestas juveniles mexicanas con un movimiento global.
Según el rastreo oficial, la convocatoria ha sido promovida por políticos, comunicadores y exmandatarios, lo que refuerza la hipótesis de una operación coordinada para influir en el clima político nacional. La narrativa oficial insiste en que la marcha busca desestabilizar al gobierno y manipular el discurso juvenil con fines electorales.
La presidenta exigió transparencia sobre quiénes están detrás de la convocatoria, señalando que no hay liderazgos visibles ni propuestas claras, y que el impulso digital de la marcha proviene de cuentas vinculadas a partidos conservadores y operadores políticos extranjeros.
La movilización, que ha sido promovida principalmente en redes sociales por jóvenes nacidos entre 1995 y 2010, plantea una crítica directa al gobierno por temas como la inseguridad, la falta de oportunidades, la crisis ambiental y la violencia de género. Aunque los organizadores insisten en que se trata de una expresión ciudadana apartidista, el gobierno ha insistido en que hay una agenda oculta detrás del llamado.
El coordinador de Infodemia, Miguel Elorza, presentó un análisis en la sección “Detector de Mentiras”, donde se señala que la marcha ha sido amplificada por cuentas automatizadas y nodos digitales que operan desde fuera del país. Según el informe, se detectaron patrones de difusión similares a los utilizados en campañas de desinformación en otras regiones, lo que refuerza la hipótesis de una operación internacional para influir en el clima político mexicano.
La respuesta oficial ha generado una ola de reacciones entre académicos, activistas y colectivos juveniles, quienes acusan al gobierno de minimizar el descontento social y criminalizar la participación política de las nuevas generaciones.
Diversos sectores han recordado que la Generación Z ha sido protagonista de movimientos globales como Fridays for Future, Black Lives Matter y protestas feministas, y que su activismo no responde a partidos sino a causas concretas.
La descalificación presidencial, lejos de frenar la convocatoria, ha intensificado el debate sobre el papel de la juventud en la vida pública y la capacidad del gobierno para dialogar con sectores que no se alinean con su narrativa.
La movilización del sábado se perfila como un termómetro del ánimo social entre los jóvenes, en un país donde más del 40 por ciento de la población tiene menos de 30 años.












