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05.11.2025. Ciudad de México.- La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, denunció este miércoles el acoso sexual del que fue víctima el día anterior en el Centro Histórico de la Ciudad de México, así como la revictimización que sufrió por parte del periódico Reforma al publicar imágenes del incidente sin su consentimiento. “Hay límites para todo” advirtió.
“Es un asunto de calidad humana. Está fuera de toda ética, toda moralidad. Pero además, si uno lo cataloga, puede entrar la Ley Olimpia, o la revictimización”, señaló, haciendo referencia a la legislación que protege a las personas contra la difusión no consentida de contenido íntimo o violento.
El hecho ocurrió mientras Sheinbaum caminaba hacia un evento en la Secretaría de Educación Pública. Un hombre se le acercó de forma violenta, intentó besarla y la tocó sin autorización.
El agresor fue detenido y presentado ante las autoridades, y la presidenta confirmó que se presentó la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum expresó su indignación no solo por el ataque, sino por el tratamiento mediático que recibió el caso.
“Por otro lado, y lo tengo que decir, el uso de la imagen. También es delito, la verdad”, declaró. En referencia directa al periódico Reforma, añadió: “Particularmente las fotos que aparecen en el periódico Reforma me parecen un asunto de revictimización, ya más allá de los asuntos políticos, de que no estemos de acuerdo, de que se han vuelto un periódico de la derecha, sin noticias, sino pura propaganda”.
La mandataria insistió en que la publicación de las imágenes “rebasa todos los límites” y constituye una falta de respeto hacia las mujeres mexicanas.
Aunque Sheinbaum aclaró que no emprenderá acciones legales contra el medio, sí exigió una disculpa pública.
“Hay límites para todo. Entonces hay que decirlo, denunciarlo, y sí estaría esperando yo al menos una disculpa del periódico a mi persona, porque no es sólo a mi persona, es un asunto de lo que vivimos las mujeres en nuestro país”, enfatizó.
Este episodio ha ocasionado un debate sobre la violencia de género en espacios públicos y el papel de los medios de comunicación en el tratamiento de estos casos.
La exposición mediática de las víctimas sin su consentimiento no solo vulnera su intimidad, sino que perpetúa una cultura de insensibilidad frente a las agresiones que enfrentan las mujeres diariamente.
La postura de Sheinbaum pone sobre la mesa la necesidad de fortalecer el enfoque de género en el ejercicio periodístico y en la cobertura de hechos que involucran violencia contra las mujeres.
El llamado presidencial a la ética y al respeto no es solo una demanda personal, sino una exigencia colectiva que interpela a toda la sociedad.
La revictimización mediática, como le ocurre a la presidenta, no es un asunto menor. Es una forma de violencia simbólica que refuerza estereotipos, minimiza el dolor de las víctimas y obstaculiza el acceso a la justicia.
En este contexto, las feministas refieren que el caso de Sheinbaum no solo representa una agresión individual, sino un reflejo de las múltiples violencias que enfrentan las mujeres en México, incluso aquellas que ocupan los más altos cargos públicos.
Consideran que la exigencia de una disculpa pública no busca censurar la libertad de prensa, sino establecer límites éticos en el tratamiento de casos de violencia de género.
“La dignidad de las víctimas debe estar por encima del interés informativo, especialmente cuando se trata de imágenes que pueden causar daño, humillación o exposición innecesaria”.
Este medio considera que el llamado de atención de la presidenta es también una invitación a reflexionar sobre el papel que cada sector de la sociedad juega en la erradicación de la violencia contra las mujeres. Desde las instituciones hasta los medios, pasando por la ciudadanía, todos y todas tenemos la responsabilidad de construir espacios seguros, respetuosos y libres de violencia.
Nuestra solidaridad con la Presidenta y todas aquellas mujeres víctimas de violencias, en espacios públicos y en la esfera privada.












