*Defiende el blindaje del Palacio Nacional como medida preventiva.
12.11.2025 Ciudad de México En su conferencia matutina desde el Salón Guillermo Prieto, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo respondió con severidad a los cuestionamientos sobre el blindaje del Palacio Nacional ante la marcha convocada por jóvenes de la generación Z para el próximo 15 de noviembre.
La mandataria no solo justificó la colocación de vallas metálicas alrededor del recinto histórico, sino que también descalificó abiertamente a los organizadores del movimiento, a quienes consideró individuos mayores de la oposición a quienes acusó de carecer de autenticidad y de manipular el discurso juvenil de la generación Z con fines políticos.
Sheinbaum afirmó que las vallas tienen como propósito proteger tanto el inmueble como la integridad de las personas, en previsión de posibles actos de confrontación.
Señaló que la medida responde a antecedentes de manifestaciones que han derivado en daños al patrimonio y en enfrentamientos con cuerpos de seguridad. “No vamos a permitir que se utilice el Zócalo como escenario de provocaciones disfrazadas de protesta legítima”, declaró al insistir en que en México hay libertad de expresión y todos tienen derecho a manifestarse incluso la oposición.
La presidenta fue más allá al calificar a los convocantes como “ni a chavorrucos llegan”, en referencia a lo que considera una falta de representatividad y profundidad en sus demandas.
Según Sheinbaum, el movimiento carece de raíces genuinas en las preocupaciones de la juventud mexicana y responde más bien a intereses de grupos opositores que buscan desestabilizar su gobierno mediante la instrumentalización de la movilización de jóvenes
Estas declaraciones han generado controversia, especialmente por el contraste que representan con la trayectoria personal de Sheinbaum como activista universitaria en los años ochenta. En su época como estudiante de física en la UNAM, participó activamente en movimientos disidentes, críticos del sistema político y económico, y fue parte de organizaciones que denunciaban la represión estatal y exigían democratización.
Su militancia en causas sociales y su cercanía con sectores de izquierda le dieron notoriedad como figura comprometida con la protesta legítima y la transformación institucional desde abajo.
Ante los señalamientos de incongruencia, Sheinbaum defendió su postura actual argumentando que “la protesta es válida cuando nace de la conciencia y no de la manipulación”.
Aseguró que su gobierno respeta el derecho a manifestarse, pero que tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad y el orden público. “Yo también fui parte de marchas, pero nunca promovimos la violencia ni nos prestábamos a intereses oscuros”, dijo.
El blindaje del Palacio Nacional, que incluye vallas metálicas en el Zócalo, el Palacio de Bellas Artes y el Ángel de la Independencia, ha sido interpretado por diversos sectores como una señal de endurecimiento frente a la protesta social.
Sin embargo, Sheinbaum insiste en que se trata de una medida preventiva y no de represión. “No vamos a caer en provocaciones. Este gobierno escucha, pero también protege”, concluyó.
Fuentes: .












