*Escrito por Wendy Rayón Garay .
13.03.2025 /CimacNoticias.com./ Ciudad de México.- El pasado 9 de marzo, durante un mitin, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue ignorada por sus compañeros del partido Morena mientras se dirigía a dar su discurso en el Zócalo capitalino. Esto representó un acto de violencia simbólica y si aún no sabes por qué, aquí te lo explicamos.
Debido al contexto internacional en el que México peligra de tener que pagar aranceles y el desconocimiento de un acuerdo con el presidente de los Estados Unidos, Claudia Sheinbaum Pardo convocó a las mexicanas y mexicanos a reunirse en la Plaza de la Constitución para dar a conocer la estrategia del gobierno para mitigar los efectos de esta medida económica.
Sin embargo, gracias a una conversación con Trump en la que se acordó volver a retrasar la restricción arancelaria hasta el 2 de abril de este año, el mitin en el Zócalo permaneció como un evento de celebración en el que no solo asistiría la ciudadanía, sino personajes políticos y aliados del gobierno oficialista.
Mientras Claudia Sheinbaum Pardo se dirigía al templete para dar su discurso; los senadores Ricardo Monreal, Adán Augusto López, Manuel Velazco, la dirigente de Morena Luisa María Alcalde Luján, entre otro personaje, ignoraron a la presidenta por tomarse una foto con Andy López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
El acto se viralizó en varios medios de comunicación y publicaciones de redes sociales, donde la principal crítica no solo se centró en el desaire a la presidenta, sino que se minimizó su rol como mujer en el poder resaltando estereotipos de género y menospreciándola.
¿Qué es la violencia simbólica?
Lo que sucedió durante el mitin del fin de semana se trata de un ejemplo de violencia simbólica, la cual se define como “aquella que no utiliza la fuerza física, sino la imposición del poder y autoridad, cuya manifestación es sutil o imperceptible y que es permitida o naturalizada por el dominador y dominado” según el sociólogo Pierre Bourdieu, quien introdujo el término a finales del siglo pasado.
Se trata de una imposición cultural mediante la aceptación del dominio, jerarquías, roles y estereotipos de género en donde se formulan mensajes, valores, íconos o signos que naturaliza la subordinación, sobre todo cuando es ejercida contra las mujeres.
Por el modo en que está socializada en el que no hay fuerza o coacción es común que pase desapercibida, no obstante, puedes identificarla porque legitima un poder simbólico; cuenta con la complicidad no consciente de quien la recibe; reproduce estereotipos de género y refuerza relaciones de dominio-sumisión, según el Consejo Nacional de Población (CONAPO).
Los pensamientos, mensajes, imágenes y conductas son los mecanismos que utiliza la violencia simbólica para excluir, mediante la humillación y la discriminación, a quienes no se ajustan a los estereotipos que reproduce; genera desigualdad de género, pero también fomenta la discriminación hacia grupos indígenas, personas adultas mayores, personas migrantes, grupos de la diversidad sexual; y limita el desarrollo de las personas.
Caso Claudia Sheinbaum
La relación de poder de la violencia simbólica puede presentarse en cualquier espacio como el educativo, laboral, económico, institucional, familiar, escolar, religioso, mediático y político como en el caso de Claudia Sheinbaum Pardo.
¿De dónde viene esta asociación? Recordemos que, Andy López Beltrán es hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador a quien todavía se le señala de «controlar» a la presidenta, acusaciones que la despojan de su autonomía para tomar decisiones.
Por lo que, el acto en el que funcionarias y funcionarios ignoran la presencia de la presidenta -que representa el mayor cargo político al que se puede aspirar, siendo también la jefa de Estado y la Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas- para darle prioridad al hijo del expresidente denota en donde se encuentra el poder simbólicamente.
Pese a que las funcionarias y funcionarios se disculparon y explicaron que se trató de un accidente, la CONAPO menciona que, la violencia simbólica puede darse de forma inconsciente porque esta institucionalizada para que ocurra de esta forma.

Relación entre violencia simbólica y violencia en razón de género
¿Por qué es importante identificar la violencia simbólica? Porque es la base de todos los tipos de violencia como la feminicida, familiar, física, psicológica, patrimonial, económica, sexual, estética, e incluso la política en razón de género.
La violencia política en razón de género es aquellas acciones motivadas por el género que limita, anula o impide el ejercicio de los derechos políticos de las mujeres.
Esta se puede manifestar de forma directa con agresiones físicas, verbales, amenazas, acoso y actos que obstaculicen su participación en la vida pública o indirecta como en prácticas simbólicas que descalifican, ridiculizan o invisibilizan a las mujeres, dificultando que sean reconocidas como figuras legitimas de poder.
De acuerdo con el texto ‘Violencia simbólica en la violencia política de género’, las formas en que se manifiesta ambas violencias son:
- Presentar a las mujeres frágiles, incapaces o dependientes de figuras masculinas;
- Generar un entorno social que facilita su exclusión en espacios de toma de decisión;
- Comentarios sexistas, bromas que ridiculizan a las mujeres en el poder;
- Insistencia para cuestionar su apariencia física en lugar de sus propuestas políticas;
- Enfatizar aspectos personales o superficiales en lugar de sus habilidades, propuestas y logros desde los medios de comunicación;
- Cuando son relegadas o invisibilizadas como realizar interrupciones constantemente a sus intervenciones, ignorarlas en momentos clave o negarles el uso de la palabra.
Estos escenarios son actos donde la violencia simbólica se convierte en violencia política en razón de género que contribuyen a deslegitimar el papel de las mujeres en la política, aún más cuando están en cargos que les permite tomar decisiones.